Desde la cornisa.

Desde la cornisa.

Miguel R.

18/10/2019

Siempre me separan pasos

y kilómetros de circunstancia

en el camino a lo que ansío.

Del pensamiento a la palabra.

Realidad y deseo.

Qué razón tenía Cernuda.

Me estrello en esos muros

que saben a carne cruda.

Si las nubes no me tapan.

Si el viento no me da abrigo.

¿Cómo decir que estoy vivo,

si el enemigo no ataca?

Desde la cornisa,

está asomado el olvido.

Enfrente se sienta el tiempo

a esperar a su viejo amigo.

Y en el centro de esa calle

me hallo yo

que ya hablo solo.

Y vivo allí,

pero así al menos

tengo quien oiga mis lloros.

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