SIN UN SOLO MOTIVO PARA VIVIR

SIN UN SOLO MOTIVO PARA VIVIR

La madrugada de una noche cualquiera, te llevó la oscuridad. Tengo la foto fija del momento, mi presente, mi futuro, es la soledad.

Ni nada ni nadie, jamás podrá ocupar tu hueco. Mi sufrimiento sin ti es tan grande, que mi vida es el reflejo de su eco.

Momentos de felicidad inolvidable experimentamos aquella noche. Momentos de amargura inenarrable cuando de mi lado te apartó aquel coche.

Caminando por la acera de nuestro parque preferido, juntos, iban nuestros corazones. Recordando en voz alta nuestros mejores momentos vividos, nuestros labios unidos, ¡nuestras mejores razones!

Teníamos una vida juntos por delante, teníamos nuestros planes, nuestro futuro brillante. Tú, con tu mirada sincera, tu sonrisa de hermosa primavera.

Ahora, yo, con mi corazón muerto, con mi eterno desconcierto, con la mirada perdida, ¡con mi alma ya sin vida! Te envio mi último beso de ser humano pues, con mis propias manos, este hilo de aliento que me queda, voy a cortar como si fuera de seda, y… cuando mi cuerpo yazca ya sin vida, pido a Dios que mi alma hacia ti emprenda la partida.

Angel Márquez Díaz