Para ti, amor.

Cada día que paso a tu lado soy muy feliz.

Cada noche antes de dormir, si no estás conmigo, no puedo dejar de pensar en tus caricias que llenan e invaden cada rincón de mi cuerpo, de mi alma, de mi ser.

No puedo sacarte de mi mente.

Mi almohada guarda aún el perfume de tu cuerpo y mis sentidos enloquecen con solo imaginarte.

En mi cama sigue marcada tu silueta como la guardo yo en mi cuerpo.

Recuerdo como tu piel roza sutil y delicadamente cada espacio de mi existencia.

Me enloquezco con solo pensarlo, con imaginarlo y recordarlo.

No puedo esperar con mucha paciencia que estés aquí conmigo.

Tu voz por teléfono me pide espera mientras sé que tu cuerpo está impaciente por volver a entrelazarse con el mío.

Sabes que te amo demasiado y sé que también sientes lo mismo por mí.

Siempre me lo demuestras con tus actos, con tus palabras llenas de dulzura y amor.

Tus gestos llenos de cariño y tu forma de tratarme siempre como la persona más especial de tu vida.

Ya llevamos algún tiempo caminando de la mano, juntos por la vida.

Así sea que el viento de los malos tiempos nos golpeen fuertemente, no dejaremos que nos derribe:

Si te caes, te levanto, si me caigo, sé que me alzarás en tus brazos y me ayudarás.