Eras extraña como tu nombre, te movías como una garza inclinada, los miembros desarticulados

Los ojos saltones y azul madrugada, una arruga te cruzaba la frente, el rosa poblaba tus mejillas,

Carecías de vanidad, apenas te peinabas, unas pecas desordenadas montaban tu nariz Aguileña,

Un poco larga y algo curvada, apretando el lápiz, achicando lo ojos con una miopía mal tratada.

me parecías muy hermosa, eras tan extraña y ese desconcierto, esa dualidad me gustaba,

Una tarde no llegaste a clase de historia, estuve distraído imaginándote allí sentada,

La profesora nos explicó que estabas enferma, que sería bueno que alguien te visitara,

Yo me robé unas camelias en una casa cercana, aparecí en tu puerta con ellas apretadas,

Tu madre me recibió algo confundida, entré al dormitorio en semi penumbra, descansabas

Una luz esquiva alumbraba por la ventana, parecías incluso más alta y delgada acostada,

-Hola Helga ¿cómo estás? por primera vez me sonreíste, yo tenía un nudo en la garganta,

Iluminada, te incorporaste en la cama y estiraste la mano, para recibir las camelias apretadas,

Me dio un brinco el corazón y me temblaron las piernas al sentir que me rozabas,

– acércate – dijiste un poco enronquecida, al acercarme me abrazaste y besaste mi cara,

Supe unos días después que te habías agravado, te trasladaron a Santiago en ambulancia

Helga, ya no está con nosotros – dijo la directora, a mis doce yo no podía dimensionarlo,

Solo me quedó aquel beso afiebrado y el roce de tus manos,,eras extraña como tu nombre,

Hoy 30 años después, viene tu recuerdo de pronto, tan extraño como tú, arrinconarme. a dolerme y atormentarme.

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