La stoá del Ágora protegía a a los alumnos de la torrencial tormenta que se había desatado en un momento. Hesíodo sonreía viendo el caos que había creado la inesperada tromba de agua. Ese día habría polémica. Lo intuía. Tomando la palabra, miró a sus alumnos y empezó su planteamiento:-”Como han podido comprobar con este aguacero, nada es previsible, todo es caótico. El caos, el desorden existe de por si. Aunque, quizás, … tenga su propia ley y tengamos que ser nosotros los que tengamos que descubrir el orden propio de sus movimientos. No obstante, quiero arriesgarme y afirmar que, de lo que no hay duda, es que la naturaleza puede usar el caos de una manera constructiva. … Retrocedamos. En el principio de todo ¿Qué había.?… Nada. Solo oscuridad y la confusión inconmensurable del caos. Parecería la negación absoluta de cualquier regla. Sin embargo, eso que parecía catastrófico tenía lo primordial : la Libertad. Y el resultado fue: Gaia, la Tierra. Si…. Vida y Belleza. Y no sería descabellado pensar que, quizás, no dentro de mucho tiempo, otra vez se producirá el final de todo.”. Hesíodo guardó silencio y miró a sus alumnos, quienes apenas podían contenerse. Efectivamente, pensó, mientras se acariciaba su barba gris, ese día … habría polémica ….

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