No puedes ir a casa está vez pt1

No puedes ir a casa está vez pt1

Mih

20/11/2019

honestamente no sabría decirte si te voy amar u odiar por siempre.

Crecimos con dolores similares y quizá eso nos hizo querernos, entendernos, sin duda ella era muy guapa, cabello ondulado y negro,sonrisa con ojos que la resaltan y coquetean tenía un bello rostro de silfide pero eso no era lo importante, era solo el complemento de lo que yo en verdad buscaba, compañia.

Pues ya había Sido golpeado muchas veces por la vida, un padre ausente, una madre desobligado y hermanos que si bien no ayudan buscan la ley del talion.

Quizá yo era de esos casos como «Matilda» donde ella claramente no encajaba en mi familia.

Mi padre es cocainomano, alcohólico, un excelente matemático y un muy exitoso negociante, como padre siempre estuvo ausente, yo nazco el 16 de enero en 1950 en Querétaro, México, el día de mi nacimiento no se presentó pues él estaba muy ocupado en un cabaret en Michoacán desde la fiesta de fin de año mi madre no le veía, eventualmente lo conocí a los 2 meses de nacido, el le decía a que la amaba pues adoraba jugar con su amor propio de mi madre, ya que mientras ella caía como una campesina ante el citadino, paso un mes y el regreso a su trabajo ya que a pesar de ser quien era su ambición era su principal motor de vida lo cual le impedía el vivir en sencillez, con el tiempo crecí y fue hora de mi primer calvario «preescolar».

entro en 1954 a mi primer escuela, un kinder ubicado en un edificio cerca del centro de la ciudad de Querétaro, comenzaron los problemas cuando la maestra le hizo el comentario a mi madre de que tenía un hijo muy prometedor, el niño más listo de la clase, el que habla con más niños, mi madre estaba muy contenta con su hijo, era todo un niño modelo de la época, si bien no era yo un niño guapo o con dinero mi esencia radicaba en mi excentricidad y como está cautivaba a la gente, pero yo me sentía triste en el fondo, sabía que por más gente con la que hablara, y por más atención que me pusieran todo era falso porque al final quizá por la forma en la que vivía con mi padre estaba acostumbrado a que siempre la persona a quién más quería y admiraba (como todo niño en contexto similar) se iba sin importarle nada, solo desaparecía sin decir nada, estaba acostumbrado a ser abandonado.

Mi mamá comenzó a ejercer presión sobre mi para medir mi capacidad, para poder presumir que tenía un hijo modelo, comenzó a asesorarme, compro un montón de libros, contrato maestros particulares de idiomas y de música, yo solo quería pasar tiempo con alguien a quien le importará quién soy, que me escuchará, no que me mandará u me ocupará en algo para evitar hablar de mi, comencé a detestar que al acercarme a mi madre para hablar de mis dudas, de mis ideas pero si bien ella estaba ocupada, distraída o bien lo mío para ella eran tonterías por lo que empecé a odiarle, estaba muy triste, era un niño que lo tenía todo pero no tenía nada.

En 1956 entre a la primaria un colegio que si bien era concurrido y tenía exceso de alumnos era una escuela prestigiosa y de extrema rectitud, la escuela más top del lugar, mi mamá estaba orgullosa y yo sentía la emoción de poder conocer a un amigo a alguien que me entendiera que quisiera pasar tiempo conmigo, pasaron los días y no hablaba con nadie, a pesar de que algunos chicos de mi colegio anterior iban en mi salon, hasta que un día se me acercó un chico llamado Ulises me hablo para hacerme una invitación.

-oye Ferdinand podemos ir a la cafetería por un refresco y luego podemos jugar con Daniel fútbol, ellos están en la cancha y seguro nos invitan.

-claro..conteste.

Admiraba a Ulises, como podía hablarle a unos niños quienes ignoraban su existencia, como podía el renunciar a su dignidad para que otro niño le dijera si podía jugar con ellos o no, solo hay 2 maneras de que yo acepté una peticion, por tristeza y por invitación.

Odiaba el rechazo, la gente me miraba raro porque hablaba con Fer, Fer era una versión de mi mismo tanto física y mentalmente igual, comencé a hablar con él desde mi primer semana de clases, cuando me sentía solo y triste cansado de buscar oídos creé unos, cada que tenía una duda o problema decía la primera respuesta que se me viniera la mente, ese era Fer, cuando yo no sabía algo Fer lo sabía aunque fuera falso, yo me convencía de lo que el decía, hablaba conmigo, y cada que Fer no sabía algo lo buscábamos en los libros, por fin era feliz, al fin hablaba y al fin me escuchaban desinteresadamente, había nacido la primera persona que me podía entender.

Con el paso del tiempo mis padres, y mis allegados se dieron cuenta de que hablaba solo, de que tendía al aislarme del contacto de los demás, creían que era por mi orgullo o por qué mi situación económica era superior a la de varios niños, pero no, la maestra les dijo que yo actuaba con normalidad, hablaba con todos los niños y niñas, hablaba con los maestros, para ellos era algo normal pero realmente no sé habían dado cuenta del verdadero problema, había decidido aislarme por el odio a relacionarme, el odio a ser abandonado.

En mi escuela continue siendo un buen alumno, no hacia tareas pero mi promedio era excelente, tenía muchos vínculos sociales, y Fer era mi mejor amigo, salíamos de paseo todos los dias, nuestros días favoritos eran los lluviosos, pues todo estaba solo, nos encantaba el ruido del agua cayendo, y los diferentes paisajes que se presentaban al terminar la lluvia, mi vida era perfecta, tenía una bicicleta, a Fer, todo era perfecto.

Dieron las vacaciones y mi papá decidio que era una agradable ideal el ir a visitar a unos familiares de Tamaulipas, era un Tío Ramon el cual se dedicaba al comercio de automóviles y su esposa Guadalupe, tenían 2 hijos, Phillip quién era 2 años mayor que yo y Sara quién era una recién nacida, fuimos ese verano a la playa, el tío Ramón nos recibió muy bien, el estaba muy feliz de conocerme, su hijo estaba igual contento, el era muy social y casi siempre estaba solo al igual que yo, pero al ser de familia acaudalada tenía acceso a cosas que yo no, el tenía televisor, muebles grandes y lujosos, juguetes finos y bien hechos, comenzamos a platicar y me agradaba la forma de ser de Philip era muy genial y además era divertido estar con el, ese mismo día nos desvelamos platicando de como odiabamos la escuela y de lo genial que estaban sus juguetes, después me enseñó a jugar baraja y me platicó acerca de la niña que le gustaba.

Su nombre era María, era su vecina, era una chica de 14 años, media 1.65 tenía el cabello rizado y largo, de un castaño claro, una figura de top model y tenía una sonrisa perfecta, Phillip fue la primera persona enamorada que me había confiado eso, esa noche no pude dormir.

A la mañana siguiente mi familia quería ir a nadar por lo que mi papá y mi tío organizaron todo, partimos a las 7 para ir al mar, llevábamos muchos juguetes, y estábamos muy emocionados por jugar en la arena, ya que yo no sabía nadar pero a mi papá no le gustaba eso por lo que me había comprado un chaleco para aprender a nadar, pero honestamente yo no estaba interesado, quería disfrutar más de la orilla, y así lo hicimos, estuvimos jugando toda la tarde, Phillip me enterró, atrapamos cangrejos, juntamos conchas, pero hubo un momento donde Phillip quería nadar, por lo que se metió al mar a nadar con los demás, me sentí triste, todos estaban juntos nadando y solo yo estaba en la orilla, mi mamá al verme me jalo hacia el agua me dió una palmada y me dijo

«yo estaré contigo ve con Phillip a nadar»

Yo muy emocionado comencé a chapucear con Phillip, era muy divertido, me gustaba el mar, me gustaba tener familia.

Phillip y yo estábamos jugando a aventarnos agua reíamos a carcajadas, nos burlabamos de que el mar tenía orines y miles de cosas desagradables, y al aventarnos todo eso caía en nosotros, nuestros padres nos miraban, pero sin mayor aviso una ola de gran tamaño golpea la costa y nadie le da importancia, en el momento en que el agua regresa arrastra a Phillip, el asustado se impulsa de mi chaleco para salir de la corriente y lo consigue, pero ahora la corriente me arrastraba a mi, todos veían como me alejaba de la costa, Phillip estaba llorando, mi papá salió corriendo por ayuda, mi madre gritaba, yo solo veía eso alejándose mientras el mar me abrasaba de repente en un despeñadero un hombre salta, y va por mí nadando, me abraza y me dice

«Parece que te abandonaron amiguito»

Mi primo me había arrastrado a esa situación para salvarse el, mi padre solo le pago al lancheros, mi madre solo abrazaba a mi padre, yo solo estaba triste en medio de ellos, nos fuimos de la playa y a la hora todos estaban como si nada, menos yo pues el hecho de que Philip hubiera sacrificado mi bienestar por el de el me dejaba muy en claro como era la esencia de las personas, de mi círculo social.

Esa noche dormí solo en la habitación de invitados pues quería hablar sobre eso con Fer.

-sabes que el no lo hizo con la intención verdad? Sabes que era un momento de pánico donde él no es consciente de lo que hace verdad?

-lo se pero también es cierto que cualquier persona actúa así porque está en su naturaleza el actuar así, bien yo pienso que el amor o el afecto es no actuar así, ya sabes no es lo que llamamos ser civilizado.

Tuvimos una larga discusión ambos sabíamos que no debíamos confiar en nadie pero que era muy difícil, a la mañana siguiente partimos a casa de otros familiares a San Luis Potosí, yo amaba visitar ese lugar porque era el único lugar donde ni mi padre ni mi madre me reclamaban nada ya que mi familia mostraba demasiado afecto hacia nosotros quizá por intereses económicos y bueno obviamente la excelente relación que había entre mi padre y su hermano, pero siendo realistas ellos eran pobres, me caía muy bien un primo de nombre Wilson el era muy genial, irreverente, divertido y muy hábil, siempre tenía una actitud positiva pero yo en el fondo sabía que el era una mierda, siempre me calificaba como un niño incapaz, un pendejo, pero siempre se veía humillado por mi, mientras el alardeaba de novias, mi familia hablaba de mi excelente manejo del inglés y mi carisma para socializar, mi primo tenía celos de mi, y yo de el, existía una rivalidad.

Siempre que iba de visita jugábamos soccer, jugábamos stop y varios otros juegos con los niños de su vecindario era muy extraño senti que no encajaba del todo, no era mi casa, no eran mis amigos y no era yo.

Regresamos a Querétaro y mi primo me dijo que me esperaba con emoción en vacaciones, definitivamente iría pero no por nadie más que por mi, me gusta mucho relajarme, fingir que solo soy una nube perdida, en definitiva le tengo envidia a las nubes.

Una vez llegamos a casa todo volvió a la normalidad, mi papá se fue a tomar, mis hermanos se sentaron a ver televisión y mi madre salió a visitar a una amiga, yo no tenía amigos en mi colonia, podría decir que ni siquiera tenía amigos solo gente con la cual estar un rato, no se me complicaba el hecho de relacionarme, tenía un carisma excelente y una actitud muy positiva lo que pasa es que sabía en el fondo que a nadie le interesaba tanto como para verme como prioridad y eso dolía en cada fibra de mi niñez.

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