King Kong desapareció en Argentina

King Kong desapareció en Argentina

Malena Lóizaga

17/09/2019

No se suponía que esto fuera el comienzo de una novela. Aunque sí, era una historia. Era una historia de la que se habló poco y casi nada.

Había algo de verguenza (shame), algo de ridículo también, a long long story. Estaba eso del que dirán, la frustración y la pérdida de una apuesta.

Las cajas llegaron a Monti (Montevideo) desde los Estados Unidos desde Los Angeles. Después partieron hasta acá y llegaron a nuestro Puerto de la Ciudad de Bs As, de ahí a La Rural, al predio de la Sociedad Rural argentina. En el medio de toda esta cadena de traslados en cajas de la bestia, del simio hollywoodense estaban las pólizas de seguros, los shipping certificates, los certificados de entrada y salida, de carga, los CIF (cost, insurance freights), los FOB (free on board), «Incoterms» pero sobre todas las cosas la cobertura de seguros en caso de siniestro, la póliza, LLoyds y las aseguradoras intermediarias. Harrods y Gath & Chavez estaban involucrados, socios accionarios, inversores. No era un boludez traer al monito. Se hablaba del Gorila abrazando y trepando el Cavanagh. Los publicistas se babeaban con la idea de la postal.

Si algo sale mal alguien tiene que pagar. King Kong tenía que estar asegurado.Y para ciertos seguros aunque suene contradictorio se arriesga mucho para ganar.

Muchos invirtieron en el negocio, el espectáculo que todos querían ver. Mi viejo fue a lo incierto : el seguro, las pólizas, lo que nadie quería agarrar. Más adelante agarró la póliza de camiones de Shell, lo que nadie quería agarrar). Los seguros siempre están en el medio del sandwich, son parte de los quilombos. Dicen que con el Titanic el problema estuvo con la aseguradora y hasta se rumoreaba de un cambio de nombre del buque a último momento IC…Titan ic, Olymp ic.

Pero se calculaba hacer fortunas. Guy williams ya estaba abrochado como presentador, Pinky también. Era el 79 y este tipo de entretenimiento venía bien, al gobierno le venía bien. Los ojos del mundo estaban empezando a sospechar otro tipo de monstruosidades.

El show no cumplió la expectativas. El público siempre se impacientaba, el locutor y el presentador no manejó bien el entusiasmo de un evento caro y de mucha demanda que no pudo ser satisfecha. Kong abrió los ojos y vio Buenos Aires, movió un brazo y gritó como gritó en su isla imaginaria. Los alaridos hacían correr a los chicos afuera del predio de la carpa donde podían sacarse la foto con un brazo gigante del big Simio.

mi viejo trajo a king kong a la argentina y casi vamos todos presos.

Hasta el 81 hubo llamados. Nadie quizo hacerse cargo de pagar el seguro, una fortuna que crecía con intereses. King Kong quedó cajoneado en Mar del Plata. -El seguro no cubre Mar del plata- insistió mi viejo-no cubre un carajo porque no hay show.

Murió acá el mono , cerca de la Playa Bristol, en pedazos separados, desenchufado.

Tuvimos que exiliarnos en Carmelo, después en Montevideo porque había personas enojadas que querían cobrar su inversión, otros fanáticos también llamaban y preguntaban por alguien de la familia.

Mi viejo aseguró al King Kong de Dino de Laurentis y casi vamos todos presos. Yo entré al colegio tres meses más tarde y había terminado tres antes. Jardín de infantes perdido, 5 años. Fue un año distinto, atípico. Por un lado , perdí mi educación formal aunque me daban algo de clases en casa y por otro lado sentí la adrenalina de vivir en un país distinto (aunque de eso te das cuenta después) y lejos de mi lugar de pertenecia por culpa de una tal King Kong. de casi lo único que se hablaba en casa era de King Kong y de un tal Aylens y Arriera , Barry Aylens y Enrico Eduardo Arriera otros de los socios que se mandaron a mudar quién sabe adonde.

Nosotros quedamos pelados con algunas cajas de folletos y tickets, entradas, unos posters. Mi viejo tuvo que empezar de nuevo. Creo que le aseguró unos autos a Reutemann por unas fotos que encontré una vez donde sonreían abrazados.

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