YO PUEDO VERTE

(Fragmentos)

Puedo verte allí, aunque tú con facilidad, no puedas observarte. Aunque no puedas por tu ceguera voluntaria, el reconocerte con la claridad que al menos a la fecha actual, ha de poder hacerlo este servidor aun. En esas cercanas líneas, trazos y manchas, no se ven ciertamente ni tu sonrisa ni tu ceño fruncido. Ambos podemos desde la discrepancia que moralmente puede definirnos, compartir esta apreciación. Pero pese a ello, voy a tener que insistir: Allí en ese espacio, en ese lugar indefinido, a la vez que circunscrito a límites artísticamente establecidos, yo te veo quizás no de cuerpo entero, aunque si de alma entera. Seguramente puedo hacerlo por contar con unos ojos, un poco menos inocentes o descuidados, a los de la naturalidad circundante: ya que para estos, esa blancura estática y revestida de tonalidades (que por pedazos se imponen para después negarse), donde para mi sin duda alguna estas tú, serían tan solo un pequeño espacio más, atravesado de diversos machones de puntura, junto a circunferencias ovaladas consecutivas, tan solo para confundir miradas incautas, que no puedan ver entre los trazos y el color, alguna relación útil para ellos o para ti. Sin duda y debo insistir en ello, al menos para mí, eres tú la que figura entre esos colores que buscan de complementarse y contradecirse en esa superficie, que ya no tendrá más nunca la inocencia nívea, que haya podido caracterizarla, en la primera hora de la pureza e inexperiencia. Estas últimas mencionadas son las mismas, a que has renunciado y has hecho renunciar a esa hoja, cuando los trazos oscuros con grafito o color de ébano, empezaron a marcar las huellas del camino, que habría de seguir tu empeño creador, y para el cual no habría ya seguramente camino de regreso, respecto a la situación anterior de claridades vacías y silenciosas…