A desnaide

A desnaide

Polanesa

13/09/2019

Cuando te pienso me despienso. Me desvelo durmiéndome en tu despertar. Me emerjo en tu sonrisa corta y mirada inmensa, en tu voz de celofán.

Cuando te olvido me desolvido de esas madrugadas en las que siempre estás. Me acurruco en tus caricias que no me sabés desandar.

Cuando me quedo me desausento de todo lo que no tenemos acá. Me emancipo de tu independencia y de mis ganas de volar.

Cuando me siento te despierdo casi por casualidad. Te descubro y me desacierto, me desimploto y te desvanezco, nos finjo real.

Mientras te pienso me despienso. Dónde quedaron esas ganas de que todo salga como debería de salir. Como dicen que es. Como alguna vez sentimos que solíamos sentir. Dónde quedaron esas mariposas en la panza. Esas sonrisas paralizadas por el qué carajo digo ahora. Esas miradas de mirame y entendeme todo lo que te quiero mirar. Dónde quedó esa inocencia del estar preso de los estereotipos sin saberse llegado ahí.

A veces recuerdo todo lo que hice mal. Sin culpa, con liberación. Recuerdo y percibo qué lejos quedé de toda esa parafernalia de no saber sentir. De querer ser algo que no se sabe ser. De buscar sin mirar y encontrar sin palpar. Recuerdo las ilusiones perpetuas y las angustias efímeras. Los celos fraudulentos, las parodias de idilios. La adolescencia de márgenes nebulosos, dónde habrá sido que terminó. ¿Terminó?

En algún momento me fui hacia alguna parte y nunca más volví. Tampoco termino de partir. El aprendizaje es lento, doloroso, o quizá solo sea incómodo. Me lanzo hacia el mañana y en la madrugada vacilo. Nunca amanezco bien parada. Siempre hay una duda trayéndome el desayuno. Nunca amanezco, bah. Siempre el desayuno es el guiso que sobró de ayer. Y si afuera llueve, todo se remonta al pasado. Si afuera hay sol, no pasa nada.

Los días de sol, las calles siempre suben para el lado que yo tengo que bajar. No sé seguir la corriente, fue mi primer vicio desde que arranqué a andar. Alguna vez me valió instantes heroicos: cuando todos tienen miedo, soy la que sale con la ballesta y paso firme. En tiempos de rebelión, tengo miedo de todo…

Hoy tengo miedo de tener miedo de extrañarte. De sonreírte en tu ausencia y pensar qué boluda. De que se me llene la panza de espuma de fernet por solo evocarte al tomarme un mate. De mirar profundamente la alegoría de tus ojos y que se me escape un quererte.

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