Con tersura como de hombre…

Al cálido cuerpo que transcurre tranquilo con tersura como de hombre, sin letras ni antifaces, a la invicta belleza que atrapa y enamora, se llega la tan ansiada hora… Un universo de emociones, tan grandes y voraces.

– Hostiga con sutileza un pequeño movimiento, un lugar tan callado pero lleno de sonido, en las colinas como bustos, son tus manos lo que creo, el fulgor final y el preludio hogareño.

*Huyen de tu cuerpo los trabajados dedos, y tu boca, que intenta darme un erótico denuedo, tus labios, una lengua se mese hacia afuera del mundo, intentando cerciorarse de robarme el alma entera.

-Antes del declive de los actos, querido

deja fluir el suspiro por tu boca,

apresuradas y cercanos los sentires,

que tus manos me provocan…

Tan simple como el aire hacia el rostro,

así de ágil son tus manos,

tan lisas y transparentes,

llegaste al cuerpo pertinente.

– Que todos tus sentires se propaguen en mi boca,

que verano o primavera,

nuestros cuerpos se tocan;

Cubre la oscuridad con todo tu aroma,

cierro los telones con los brazos al acariciar tu cabellera,

el contacto que no es gélido…

es una total entrega.

Si alguna vez el pecho se detiene,

si se deja caminar un estímulo por las venas,

si se va la voz, si se escuchan al volar,

déjalo fluir, que sea plena.

Deja tu boca entreabierta,

ese último beso que sea lento conmigo,

quédate inmóvil posicionándote sobre mi cuerpo…

Mucho más… Dame unos segundos para vivir la eternidad de un beso.

-Kristel.