SABINE

En el mundo de las hadas, había una muy pequeña, de tamaño, la menor

Poseía un corazón enorme, su valor, mayor que el de nuestro Cid Campeador

Las oscuras sombras se cernían sobre todo su poblado, en todo su alrededor

Al llegar la noche, el malvado que las dirigía, que también fue su creador

Comenzó a cortarles las alas. Sin poder volar, perdian todo su valor

Cada mañana eran varias las que despertaban sin su poder volador

Entristecido el poblado, acudieron a Sabine, de las hadas, la menor

Su tamaño era perfecto, se escurriría entre las sombras a destruir al malhechor

Justo al anochecer, Sabine revoloteando, entre las sombras aterrizó

Tocado de su varita mágica, el malvado maltrecho quedó

Desaparecieron las sombras y las alas volvieron a florecer

Todas las haditas mágicas, con sus alas, despedian cada atardecer

Desde entonces, Sabine era la heroína, con su pequeño tamaño y su gran corazón

Con su escurridizo revoloteo, su pequeña varita, y su alma de León.

Angel Márquez Díaz

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