A vos te pido, San Baltasar, nuestro santito cambá, que se case bien la Rocío, que se cure el tío Francisco, que encuentre trabajo Roberto… Por cada vela que prendo, que se me me cumpla un deseo.

En una de las piezas del rancho, el altar; afuera la cena y después el baile. La dueña del santo recibe el saludo de los que vienen a participar de la fiesta. Asado con cuero, empanadas, vino tinto y pasteles. Todos están invitados, todos colaboran con algo En la casa, promeseros y promeseras y una guardia de niños-alférez custodian la imagen. Los muebles se han apiñado para dejar libre el cuarto donde San Baltasar, entre flores y ofrendas, mira a los visitantes con rostro de cristo doliente desde su caja de vidrio. Los manteles guardados durante el año en el arcón, hoy lucen puntillas y realces exhumando perfume a lavanda.

Yo te prometí cintas rojas y aquí estoy, en Noche de Reyes, la víspera del 6 de enero, engalanando tu mesa para conseguir esta gracia. A vos te hago el ruego, santito, a vos que conocés mi secreto.

En el patio, los acordeones y las guitarras dibujan remolinos de botas con espuelas, alpargatas, zapatos con brillo y zapatillas de moda, lucimiento del vaón que galantea en la danza. Después de los músicos y el chamamé que enciende algún sapucay, llega el tiempo de la cumbia brotada de las grabaciones que reproduce un equipo de música importado.

Por vos me vestí de blanco, llevo dos años sin cortarme el pelo, estreno zapatos azules y pasaré la noche en vela, sentada o bailando en el patio, para hacerte los honores, a vos santito fiestero.

Con un fondo de noche y luna, recortados sobre el cielo, los mamones se arraciman apretados al tronco, la palta se yergue, inmensa, la Santa Rita desciente hasta las achiras florecidas y la rosa china encandila con sus rosados y rojos. El perro echado dormita mientras algunas señoras viejas cuentan hitorias de sucedidos y milagros, entretejiendo imaginerías con las tradiciones del pueblo.

Necesito que me ayudés, santito con tus favores, porque no alcanza con amuletos: cuero seco de una iguana, colmillo de yacaré, la púa de un puerco-espín y la pata de un conejo. También le recé a otros santos, porque es muy grande el pedido, pero para vos va a ser más fácil, porque, ¿sabés? él, él también es promesero.


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