Levemente soportable

A quien yo sé.
«Soy libre: no me queda ninguna razón
para vivir…Pero esta libertad se parece
un poco a la muerte.»
Jean Paul Sartre.

Espero tu regreso
y lo hago contemplativo
de tu rostro
que en la lúgubre y obscura
fotografía de la pared está.

Espero tu regreso,
no he sabido hacer más
que esperarlo y ver
como pasan eternos minutos en el sin sentido
de esta vida que me supera.

Hay veces en que,
quienes me conocen, preguntan
por qué espero te, tan firme
y fiel, cual perro que espera
al amo que le dejó.

Digo les siempre que es así
como mi libertad perder prefiero;
que dejarte de mi mente ir
-les cuento- y dejar mi espera, a enfrentar
una horrenda libertad me obliga.

Libertad tan profunda
y tan fría que, al cocitos
comparable, hace de mi vida
cosa a la muerte semejante.

Espero, paciente y calmado,
tu regreso; sosegado por una esperanza
que trae el viento, que recibo
taciturno y engañado.

Engañado
por un inconsciente
que me gobierna,
por una razón
que me traiciona,
por un corazón que no me deja y me dice,
convencido,
que sin ti me alcanza
una vida nauseabunda
que en espera de ti se torna
levemente soportable.