Que sorpresa al enterarme
que vivías donde yo.
Tantos años sin saberlo.
Tanto tiempo y no te vi.
Íbamos al mismo sitio.
Nos fuimos a preparar.
Algo extraño debía haber
que no supe percatar.
Estuviste esperando,
pero tardé demasiado.
Y vi desde la ventana
como te ibas, sin mi.
Bajé y te busqué en la acera.
Pero tu paso es el viento.
Un viento fuerte, violento.
Que arrasa todo y se va.
Pero no recuerdo más.
Después de esto hubo una cama,
un techo y una ventana.
Y una letra a lo irreal.
Una decepción que entró
en forma de luz temprana.
Unos ojos abiertos y unas manos cansadas,
que ahora narran una historia
que no viví,
en la madrugada.
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