Ella pensaba que todo había terminado. Que sus caminos nunca volverían a entrelazarse. Pero allí seguía haciendo todo lo posible para poder verlo una vez más…

Esa mañana amaneció recordando el sueño que tuvo la noche anterior. Un sueño un tanto extraño para ser sinceros.En aquel sueño capaz de ver a su fantasma del pasado y a su vez se encontraba la persona que compartía con ella su presente . Todo comenzó con ella y su presente montados en su coche. Estaban disfrutando de las vistas que un mirador les regalaba. En aquel instante recibió una llamada que la dejo atónita. No lo podía creer, aquel fantasma se estaba volviendo a entrometer en lo que ella creía que era totalmente sólido. Decidió bajarse del coche, así no lo incomodaría y evitaría dar unas explicaciones que no tenía . El fantasma del pasado le pidió que por favor se vieran, tenía que hablar con ella. Titubeó durante unos instantes, pues estaba teniendo una lucha interna consigo misma. Pero desde lo más profundo de su corazón floreció un enorme SIII!!!.

Vaya incertidumbre, se sentía incómoda como explicarle a su presente que lo que más anhelaba en ese momento no era ver lo que aquel mirador le deparaba, si no que era averiguar lo que su pasado quería de ella . Su presente no se lo tomó tan mal pues era muy comprensivo con las decisiones que tomaba, confiaba plenamente.

Quedó en verse pasada una hora. ¿Qué es una hora? ¿Sesenta minutos? Le pareció que habían pasado 365 días. Estaba nerviosa, impaciente por descubir a toda costa lo aquel fantasma necesitaba. Si solo sería otro de sus jueguecitos, esos que tanto odiaba. – ¿Sabes que te quiero verdad? – Retumbaba en su cabeza. Intentaba engañarse pero sabía que volvería a ser la misma historia de siempre. Sin embargo no dudaba en verlo, pues era a la persona a las que más había amado hasta el momento. Ella estaba bien con su presente, la complacía, la escuchaba, la apoyaba en todo lo que se le ocurría. Estaba a su lado como cual animadora está con su equipo ,pero notaba un vació que era incapaz de rellenar. ¿Lo quería? Si y mucho pero faltaba algo. Faltaban esas miradas que hablaban por si solas,esas mariposas en el estómago, esas ganas de sonreír todo el rato.

Llegó el momento. La esperaba en la esquina de su casa. La miró con los ojos del primer día. La dejo tan sorprendida.

Se miraron durante unos segundos hasta que todo cesó en un cálido abrazo. Se montaron en el coche y ella pregunto hacia donde se dirigían. Contesto que a un sitio que le sería familiar. Que allí podrían volver hablar de lo que ambos aún sentían.

Una vez llegado al lugar, se quedó perpleja. Pues aquel sitio era donde se dieron su primer beso. ¿Cómo puede ser posible que recuerde este lugar?-pensó. Se sentaron uno frente al otro, se miraron y sonrieron. Siempre había sido algo frío a la hora de expresarse pero aquel día no dudo. Le pidió perdón por el daño que le hizo, le dijo que ella siempre sería el amor de su vida, que en todo aquel tiempo había sido incapaz de encontrar a nadie como ella. Comenzaron a brotar las lágrimas de sus ojos, no sabía que decir, lo único que más deseaba en ese momento era lanzarse a sus brazos y no soltarlo nunca. Quería seguir estando a su lado. Sintiendo su tacto, su olor, su mirada. Sentir como aquellas manos palpaban todo su cuerpo, aquellas manos que conocían hasta el último rincón de su piel…

Estaba siendo el momento más placentero de todo el sueño.

Pero se despertó. Su conciencia la estaba llamando. Avisandola que aquello no era real. Que tenía que despertar. Olvidarse de aquel fantasma que solo era capaz de hacerla feliz en sus sueños…

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