En el tiesto nació una flor.

Nunca supe su nombre,

tampoco ella el mío.

La cuide cuatro años.

El tiempo fue agotando el rojo de su vino.

Sus pétalos se hicieron claros,

sin aliento, casi dormidos.

Alguien los ha recogido.

Otro tiesto y la flor,

parece nueva.

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