Él quiere ser esa cinta,
la que recoge su pelo,
y sentir en un instante,
la cascada de cabellos.
Si la estruja con sus dedos,
estará cerca del cuello,
y sabrá cada mañana,
si es de azahar de limonero.
¡Ay si rozara su nuca,
por un descuido del viento,
a sus orejas huidizas,
las llenaría de besos.
Llegará luego la noche,
la bata caerá en el suelo,
la cinta saldrá volando,
fue su sueño pasajero.
OPINIONES Y COMENTARIOS