Aire, ayúdanos

Aire, ayúdanos

Miguel R.

11/07/2019

Cuando te falte el pan,

el tuyo y el de tus hijos,

y veas el techo desplomarse,

sigue hablándole al aire.

Cuando la enfermedad apremie,

la tuya y la de tus hijos,

no pretendas ser realista.

Sigue rezándole al aire.

Cuando un problema global,

que afecta a padres e hijos,

quieras erradicar,

pídele ayuda al aire.

Cuando veas la muerte cerca

y empiecen a temblar las piernas,

las tuyas, las de tus hijos,

sigue gritándole al aire.

Cuando ya no estés aquí,

y tu cuerpo ya esté frío,

quizás comprendas (si es que puedes)

que aquel Dios al que le hablabas

eras tú.

Que solo hay aire.

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