Aprendiendo sobre la vida Ep. 2

Aprendiendo sobre la vida Ep. 2

R. Angel

28/06/2019

Saludo

Fue tan rápido y repentino nuestro encuentro que ni cuenta me di. Ella tan bella como siempre, con sus ojos destellantes de alegría, yo tan, normal. Fue en busca de mi jefe, el cual, gracias a dios no se encontraba, por lo que se tuvo que conformar con charlar sus «asuntos» con alguien más, conmigo.

– Cree usted que algún día podré encontrarle? Pregunto. Yo sin saber qué contestar le mencioné.

– Tal Vez mañana a esta hora puede encontrarle.

No muy conforme con mi respuesta, se quedó observándome por unos segundos. Su mirada penetrante logro cohibirme, a tal grado de tener que bajar la mirada, otra vez. Algo tenía en ellos que con solo observarlos erizaba mi piel, sonrojaba mis mejillas y temblaban mis extremidades.

– Creo que tendré que conformarme con hablar con su «ayudante». Mencionó.

– Es mejor que perder el tiempo, o no?. Conteste algo agresivo.

Por primera vez pude observar su sonrisa, tan inocente y pura. Pómulos rosados, dientes blancos como el marfil.

– Tiene usted razón señor?. – Joseé Contesté.

– Bueno señor José, dígame qué tanto sabe del tema que tratare con su jefe?. Preguntó insistente.

– Bueno, señorita. Se mas de lo que usted podría imaginar. Mencioné sonriendo.

Su semblante defensivo, poco a poco fue cambiando a uno más suave, entrábamos en confianza. Una pregunta tras otra. Pasaron los minutos y nuestros lazos se iban uniendo cada vez más. Empezábamos a conocernos mejor, me contó sobre cómo había llegado hasta ahí y lo que le costó para lograrlo. Yo, simplemente observaba y escuchaba como una señorita tan hermosa, a la vez era una persona con convicción, y de metas por cumplír, la mas importante, trabajar para nosotros.

– Bueno son las 3, debo irme. Mencionó apresuradamente.

– Cree que podamos vernos mañana? Comentó al ponerse de pie.

– Cuando usted guste. Conteste sonriéndole.

Ella asintió y se puso de pie, la acompañe por el pasillo que para mi no tenia final, o así deseaba. Al llegar a la puerta ella solo se limitó a ofrecer su mano en señal de despedida. Yo sin saber que hacer asentí y solo tuve el valor para decirle.

– Nos vemos luego, señorita? – Angélica. Contestó con una leve sonrisa.

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