​El árbol muerto.

​El árbol muerto.

Reinhardt Magnus

07/06/2019

En un valle, no se sabe a fin de cuentas porque se sostiene un árbol fenecido, los insectos revolotean en él o le dan el relieve allí donde reposan sus ruinas con la empolvada madera, en las noches las luciérnagas taciturnas alaban el cielo con su luz. Sin duda parece que aquellos elementos se niegan a morir, pero siguen dando al paisaje majestuosa fantasía y magia. La reflexión nos comenta sobre aquel árbol, como sigue brindando nutrientes a las plantas más jóvenes. En un lamentable invierno, los leñadores cortaron el ser de este sin mediar permiso, solo para cubrirse del calor agradable que desprendía su grandeza. El gélido viento no arruino la esencia del mutilado vegetal. Más, sin embargo, de este, nuevas generaciones de plantas germinaron, todos los bichos en su interior curaban las heridas en la forma más precisa de amor que posee la naturaleza: La simbiosis. Las raíces en relación a los sentimientos más nobles, aún, sin asomarse nutren el suelo de su savia, con que se mantienen vivas las demás. Durante años aquel árbol soportó con mucha fuerza la soledad y el infortunio, y de pronto para el asombro de todos los aldeanos una comunidad florece respectivamente donde se posan los rayos del sol, sobre el milagro de un bosque, donde solo existía un suelo estéril. Los más sabios recomendaron a los leñadores no cortar el árbol, ya que este mantiene unido a todo el ecosistema. En su vida no había logrado elevarse a las alturas, pero lo que podía ser, brindo a las nacientes, la promesa inconclusa de su reconocimiento. El árbol fenecido supone la vida de los que siguen adelante y su sagrada divinidad recae en el mantenerse firme ante cualquier adversidad, guardando sus pequeñas fuerzas para la posteridad de la creación. Así como este árbol algunos hombres entendieron que, aunque la vida condena, solo remitirse a la creación y a las grandes empresas son el verdadero sentido de ser y de vivir, aunque ya por fuera estemos muertos para el resto.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS