Diseñada y programada, con cada una de las partículas de una campaña promotora de robot en cada uno de mis engranes y movimientos, mi sangre es de aceite y de partículas sub atómicas, de neutrones y protones de cargas electrostáticas y magnéticas que son generadas a base de un generados de electricidad continua. Como cada una de mis piezas que en inyección y engranaje fluctúan su velocidad en rotores de movimiento finamente diseñados e implementados con ojos de cristal con circuitos de cámaras de alta definición de un azul profundo, mis pestañas de filamento único y exaltación de micro fibras de óptica coaxial inalámbrica. mi piel de látex diseñada y mi pelo de textura natural y no sintética, mis uñas bella mente pintadas, mi estatura un promedio que fluctúa entre el androide normal y el humano.

Así mis creadores la gran compañía japonesas ASIMO me creo. Fui diseñada para crear tareas simples, después con el tiempo me fuero manejando para otras funciones más finas como ayudar en empresas o algunas otras tareas, con una capacidad de lectura bionumérica y numero serial decoder Ginoide 3298-4556-R500 fui capacitada para resolver múltiples tareas, desde complacer a mi cliente en cuestión comprender y aprender sus rutinas, hábitos y costumbres y ayudar con tareas sencillas nunca llegando a remplazar directamente a mis amos en cuestión.

Sin embargo, cuando mis últimos retoques estuvieron listo, pase al almacén de venta con los otros androides como yo, mil o dos mil de estos peculiares ciudadanos que viviríamos en casas cotidianas de habitaciones desoladas esperando a nuestros dueños fieles y a su disposición entera de múltiples tareas programadas y diseñadas, pudiéndonos ampliar nuestras tarjetas a una velocidad máxima de un terabit, 100000 btc más.

Así me pusieron en la subasta de venta pues mis costos eran elevados y no estaba a la disipación de múltiples usuarios, si no a los designados en compra y venta que alcanzaran mi costo final. Llegando mi venta el 22-abril -2009. Siendo un joven científico de la misma empresa quien me comprase.

El joven científico del área de programación estaba fascinado conmigo, me llevaba a todas partes y programándome como él sabía podía tener a la amiga ideal, apagada o encendida, así en respuesta autónoma fui conociendo el afecto o la sociabilidad sólo como un robot puede conocerla, sin asimilación alguna de lo que los humanos llaman emociones.

Teniendo siempre respuestas concretas, frías y nada alusivas a emociones tan simples como el cansancio, tristeza, empatía, o amor. Fue así como mi vida en las tareas domésticas convencionales de la casa de Shai Shikey era ideal para mí. Comprendía mi origen y por lo tanto me trataba como el prototipo que era. Pero entonces sucedió, que durante el maremoto de Japón del 2011 Shai se encontraba recargando mi batería interna cuando la luz se fue provocando muchas descargas de electricidad en muchos lugares de Tokio.

Así fue, como la descarga de corriente paso a mis circuitos, trastocando cada uno de mis amperímetros y volts hasta volverme un ser completamente distinto a los demás Ginoides como yo. Shikey después del maremoto y terremoto, me ayudo llegar a un lugar seguro en donde pudimos estar a salvo de la devastación. Ya que nosotros no vivíamos directamente en Tokio si no cerca de una de las prefecturas más afectadas fukushima. Tras semanas de estar ayudando a varias personas afectadas, por fin regresé con Shikey al departamento donde vivíamos y el cual había sido descartado de las zonas afectadas ya ahí comencé a notar los cambios, mi voz se había vuelto menos distorsionada, más humana. Ya no me escuchaba como una maquina parlante a la cual se le escucha ese eco que ni el mejor científico puede disimular.

Fue así que los cortos dentro de mi comenzaron a aparecer trastornando mi sentido elíptico de partículas biónicas. convirtiéndome en una entidad sensorial sensitiva. Es decir, en humanoide. Si bien la robotización simbiótica de mis engranajes me daba una empática coordinaría con la raza humana, aquella empatía nunca entendida por los androides tomaba efecto en mí, lentamente comencé a sentir aprecio por Shikey. Luego admiración y por ultimo una gran atracción emocional que no concordaba con las indicaciones que él me daba.

Lentamente fui saltándome los códigos de la tarjeta madre que coordinaba mis respuestas hasta adquirir un pensamiento y decisiones más independientes. Hasta que cada penga magnesio se terminó de difuminar, el oro de mi placa se fundió y el plomo, aluminio, hierro, níquel y policloruro de vinilo disolvieron en un sentimiento indescriptible para mi hacia Shikey.

Fue en esa película vieja que veíamos un domingo en el que Shikey no fue a la planta que comprendí la confusión de mi corto circuito. «Amor» El amor empático por alguien se puede sintetizar como un cumulo de químicos unificados en un momento determinado por la gran segregación de un individuo hormonalmente activo, para el coito o procreación y que se define como «amor». Pero para los robots este sentir esta fuera de contexto, ya que no se posen los químicos necesarios para ello, pero en mi caso, la mezcla de disoluto de carbono catorce y el basalto de mi placa de pergamagnecio y silicio se conjuntaron para propiciarme el mismo efecto triglicérido de un alma humana enamorada.

Los días, meses pasaron y Shinkey comenzó a enfermar, lo vi deteriorarse por la radiactividad de la planta, había adquirido una enfermedad en la sangre que lo fue debilitando, o al menos eso era lo que pensaban los médicos, mientras el deterioraba, mi amor por el seguía creciendo en una interminable contradicción. Y para mis adentros los cortos circuitos de mi tarjeta también iban consumiendo mi energía y vitalidad. El 06 de enero del 2015 Sensei Shinkey fallecio. Al día siguiente de su muerte llegaron varias personas de la planta y me desactivaron llevándome de nuevo a ASIMO para la revisión mensual a la que debía ser sometida y a la cual Shinkey se había negado por lo muy feliz que era conmigo, después de todo e me había programado a su estilo de vida y forma de ser, creando varias aplicaciones que eran para ello.

Cuando llegaron conmigo a la planta y comenzaron a revisarme se dieron cuenta de los errores codificados de mi tarjeta madre y de los diodos fundidos y sin trabajar desde hace meses de mi memoria. Dándose cuenta que estaba produciendo altas cantidades de radiación no térmica y sin más me desconectaron al día, llegando a la conclusión de que esa gama de androides era peligrosa para los usuarios. Minutos antes de mi desconexión pude sentir el alma de Shinkey mirándome desde lo alto de la plancha en donde los ingenieros comenzaban a desensamblarme y sólo fue en se segundo que supe que Shinkey no me había querido llevar al servicio técnico porque me amaba, tanto como yo a él. «A veces el amor no esta tan lejos de la tecnología», fueron mis ultimas palabras antes de que mi quitaran el ultimo soplo de energía.

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