Gente que se burla de otra gente

Con frecuencia las palabras son mal utilizadas. Algunas personas creen que, por ser gratuitas, las palabras pueden decirse sin previo análisis. El valor de estas queda en un segundo plano, desplazado por el impulso de sus mentes en cortocircuito. Déjenme decirles, mis queridos, que están cometiendo un grave error. Tan grave que puede alterar el orden de las cosas y todos sabemos que el desequilibrio no es lo ideal.

Existe entre nosotros una ley que se cumple en prácticamente todos los estratos: «cosechas lo que siembras». Si de algo estoy segura, mis queridos, es que las palabras son semillas que uno siembra, que se deben cuidar y proteger, y que, en algún momento nos darán frutos, depende siempre de uno mismo la calidad de la cosecha.