Si bien mi vida nunca fue algo natural, o normal. No lo había considerado hasta hoy como algo así, al principio era todo normal, una niña normal que crece en una colonia sin ninguna importancia. Sin embargo, es hasta hoy que soy ya mayor y criando a mis hijos pequeños que reflexiono que mi vida nunca fue normal.

Ya que ha estado plagada de un sin fin de cosas paranormales que me han llevado a preguntarme «Que es eso que llamamos normal.» Pero sin entrar en cuestiones filosóficas o psicológicas que no me llevarían a una explicación real, podríamos decir, que mi vida siempre estuvo rodeada de magia, hechicería, encantamientos y misas dominicales.

Entre conjuros mágicos y sectas como la «Aurora dorada» a la cual perteneció mi padre en algún tiempo de su vida. Desde los seis años o antes, los chamanes, brujos, gurus y curanderas rodearon mi existencia, entre limpias con olor a siete machos, pasando por pirul y medium que predecían el futuro, las explicaciones de lo que eramos y vivíamos en mi familia siempre fue explicado a base de cosas paranormales.

¡ Y vaya que yo he tendió experiencias paranormales!

A los seis años vi mi primer Demonio real, tenía esa mirada pálida e infrahumana, la mirada perdida en un agujero negro infinito, el rostro pálido y despedía un fuerte olor a azufre o algo parecido como un montón de pañales sucios, el hedor era inmenso, su mirada se clavo en mi, no dejaba de mirarme cuando yo salí a tender la ropa en el lavadero de la casa. Desde entonces mis encuentros para normales fueron en aumento. Lo que me llevo indudablemente a buscar en la ciencia la explicación científica para todas aquellas cosas, así que estudie no sólo filosofía si no, Química, física y matemáticas, para lograr entender o darle una lógica racional a todos aquellos sucesos.

Esto no demeritaba el que yo, no era para nada normal, mi contacto con los muertos fue en aumento, al igual que mis visiones que se volvían cada vez más claras, mi telequinesis y otras cosas comenzaron a ser parte de mi vida cotidiana y aun que toda mi vida he tratado de controlarlos y pasar desapercibida no siempre es posible, sobre todo cuando me enfado, es entonces que las farolas de mi casa se funden, en una ocasión estaba tan enojada que al encender la luz literalmente el foco estallo.

Estas cosas me han ocurrido más de una vez en la vida a tal grado que la gran mayoría de personas siempre me han notado algo sobre natural, algo extraño, pero esto no ha limitado mi vida, al contrario me ha dado un claro punto de vista entre mi imaginario, mi realidad y lo que existo.

Y aun que me sirven para escribir, no siempre puedo con las fuerzas paranormales que me rodean, al final de cuentas no me gusta ser vidente, es algo que negare por el resto de mi vida.

«No es divertido»

En verdad que no es nada divertido, muchos charlatanes estafan a las personas desde lo que ellas mismas les van diciendo y les dicen lo que quieren escuchar para manipularlas, me fastidia esa gente que se hace pasar por algo que no son, ellos no tienen ni idea de lo que sufre un vidente, no tienen ni una maldita idea, lo que es esto.

Aun así trato de no abrir mi visión, trato de controlar mi energía que siempre resulta sobre natural. Y si bien mi primer viaje astral fue inconsciente a la edad de 14 años, estos viajes se fueron volviendo más constantes en mi vida, el desprendimiento fue más cociente, así pude ver muchas cosas que otras personas no lo constatarías. Es verdad que en mi vida este es el pan de cada día, pero aun así intento ser alguien común, alguien que vive las 24 horas de su día de la forma más natural que puede.

Es increíble que mientras mis padres intentaban desesperada mente explicarse mil cosas extrañas que les sucedían, la causa de todo aquello estaba siempre frente a ellos, pues a mis padres no siempre les pasaron estas cosas, fue desde que yo nací ¿Que ? esas cosas comenzaron a su cederles. Y al final de cuentas yo me repito diariamente, «yo no pedí nacer así» pero así soy, como los relojes o los espejos, los espejos por lo regular se rompen de la nada y los relojes siempre se descomponen cuando yo estoy en un lugar. Alguien me dijo que «muevo el tiempo» ¡Vaya, si en efecto! como las varitas de radiestesia, la vez que fui a una de estas secciones las baritas comenzaron a girar descontrolada mente a tal grado que la persona las tuvo que dejar caer de sus manos porque no soporto la energía.

Y es que ya no quiero esto, no lo acepto, estoy fastidiada de ser así, cuando lo que yo deseo es ser » alguien normal y nada más.» Entonces me esfuerzo por controlar este claro oscuro que es mi vida, ¡Aun que a veces, no lo niego! Me agrada esta depresión constante, de vivir entre la incomprensión de la nada, de nadie, moviendo el mundo en mi pequeño prisma de cristal.

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