Guerrero de Acero y Maíz

¡Hermosa tierra! ¿¡Que te hicimos!?

Pardo obrero olvidó sus raíces, y radicalizado el pueblo originario en su postura no admite el tinte de otros matices.

Dulce petate ensangrentado por la batalla que le valió su aire y el del enemigo.

Oscuros guacales que no se estremecen hasta que se acaba su contenido.

Torrente proletario urbanizado que desprecia sus campos.

Inexpugnable tierra cuya verdad tendrá la última palabra, cuando callen todos los cantos.

País con lema hipócrita que vendió al pueblo nunca esclavizado que se libró de su navío.

Hastío con respecto al origen del indómito abandonado y sus parientes violentados.

Burbujitas cómodas de los descendientes acomodados de genes alterados que creen ser mejorados.

Hermosa tierra, ¿que te hicimos?

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