Tú que eres más habitual que yo mismo

(yo solamente a veces; rescatado de los
ecos de los simétricos remedos)
Tú que tienes como todos,
de mí, lo que yo no puedo tener

17.

Aquella imagen que hospedaste un día
Ese rostro que te engendraba un sueño
es el rumbo al que mi paso empeño
por que sea tu sueño el que solía.

Y ese tu amplio mirar en que cundía
mi verdad, como un profundo ensueño
es un aljibe en que mi sed despeño
Por volver a beberme todavía.

Han pasado otras aras por tu altar que intento
me olvidó tu fervor que me fue cotidiano
porque no recogí tu mano que era ofrenda.

Pero ahora te tiendo la mía y me arrepiento
por tantas horas de silencio sobrehumano
y espero tu vieja devoción como a una venda.

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