La noche que nos desenvainamos

No he lavado la ropa que tenía
la noche que nos desenvainamos
y desnudos como la miel que cae
de los higos maduros a la siesta,
nos anudamos acuáticamente
como dos lagos o dos gotas de agua
que se juntan innumerablemente.
No voy a lavar esa camisa.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS