Fuego a la orilla del miedo

Porque cuando miro el mundo como si fuese

un párpado
nada veo si no te he visto
quiero verte pues estoy ciego de ti,
quiero mis cerrados ojos abrirlos.

42.

No amarraré mis naves
habré llegado
y esa primera tarde
haré un fuego a la orilla del miedo
con el esqueleto de tus árboles desiertos.
Hasta despertarme con el sol mordiéndome
la frente
después de haber perdido la vigilia entre
tus sombras.
Apenas la arena caliente
y la ceniza de los leños que recogí.
Tal vez el mar se habrá llevado el bote.
Entonces, mucho tiempo después
seré amigo de los tigres que quise
ahuyentar con el fuego.
Aprenderé el idioma de tus pájaros
mediré el sol con mi sudor.
Y a cada aldea donde me haga
amigos
visitaré tus cementerios pero
no sabré rezar y no aprenderé
nunca. Y no quemaré tus tótems.
y no cazaré con las hachas de tus
hombres.

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