Un avispado joven de mi generación me dijo una vez que todo es deducible, como en un servicio contable , podemos justificar ausencias y menospreciar presencias.

De ahí que como otro ciudadano, otro amigo, otro amor, otro hijo y otro empleado que puede ser deducido, optara por refugiarme en el dulce artificio de las palabras que me ofrecen un petate limpio con olor a campo y alegría, donde puedo apoyar mi espalda lacerada con cargas auto impuestas.

Para no perderme de la vida y el amor a los que pueden contemplarla, encuentro en mis palabras y las de los demás un anclaje a la humanidad, capaz de crear un universo que existe solo para poder ser contemplado e interpretado.

En alguna etapa de inevitable desasosiego entendí que este mundo y sus personas nos arrancan el amor que nos esforzamos tanto por sentir. Por ello he encontrado en la música, las artes gráficas y toda representación terrenal de la esencia de la belleza , un anclaje a estos universos que se interceptan para interactuar y moverse, o quedarse inertes, juntos o separados.

Esta mañana decidí dedicarle algunas palabras forzadas y sentimientos naturales a lo único que me mantiene vinculado a la humanidad, la capacidad de sus mentes de crear, embellecer, hacer mas grande o amplio el universo.

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