Ciclo nocturno

Ciclo nocturno

Galocrates

17/05/2019

Son las 3 con 33 de la mañana ¿quién dijo que eran suyas?…

Mis ojos abiertos.

Con la capacidad de ver eternos los segundos, que transcurren en la oscuridad de mi habitación.

El viento soplando.

El grillo sonando.

La hermosa luz de la luna entrando por la por la ventana.

Yo y mis 28 gramos de alma damos por finalizado un día más, que pudo ser el mejor de mi vida, pero yo no quise que lo fuera.

Discúlpenme.

Recuesto mi cabeza llena de ideas sobre una almohada, que aún posee manchas secas de lágrimas derramadas noches atrás.

Continuó escribiendo a partir de donde me quedé la última vez.

Lágrimas brotan de mis ojos, comienzan a acariciar mi piel, para después caer sobre la almohada.

Tengo tanto por desahogar, pero tan poco para mostrarte.

Frustración como fuente infinita de inspiración, desperdiciada.


Frustración como fuente infinita de inspiración, aprovechada.

Tengo tanto por desahogar, pero tampoco voy a mostrarte.

Lagrimas ya no brotan de mis ojos, mis glándulas lagrimales se han quedado sin reservas, por esta noche.

Terminó de escribir lo que empecé justo donde me quedé la última vez.

Recuesto mi cabeza vacía de ideas sobre una almohada, empapada en lágrimas que derrame está noche.

Discúlpenme.

Yo y mis 28 gramos de alma damos por finalizada una noche más, donde pude haber escrito lo mejor de mi vida, pero no lo quise escribir.

Los primeros rayos del sol entrando por la ventana.

El gallo cantando.

El viento cesante.

Mis ojos cerrados.

Con la esperanza de no volverlos a abrir nunca más entre la oscuridad parcial de mi habitación.

Son las 6 con 16 de la mañana ¿pero quién dijo que eran suyas?…

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS