Pasan las horas, copla a copla… En segundos.

Las palabras fluyen calientes y exorbitantes…

Cortan los muros…

seducen el aire, sofocan la existencia, se en vuelven en calor, seductores segundos…

Se abyecta dulces.

Espasmo…
Calor…
Ardor…

Colapso a las ganas de tenerte, envuelto en ardor de mi brama.

Suave el tono de cálidas miradas que se pierde en la aurora.

Noches de sueños en contra fuego, con las nubes azules en temblar del cielo se oscurece, la noche casi en penumbra cayo sin darme cuenta, las estrellas que brillan y desnudan a la noche entre sus faldas de mujer nocturna con los ojos de cristal.

Te miro a través de ventanas de luz y almidón, con los ojos de la imaginación saboreando la ilusión de fantasías que se escribieron en papel dorsal de espinas y clavos, en medio de la cruz y el amor.

En el silencio de la noche, los gatos sollozan y se pasean por los balcones mientras yo bailo al ritmo de la música que suena en lo alto de mi altar, como monja de abismos y de dulces sonatas calientes.

Somos amantes del amor, envueltos en su magia de rosales ardientes, me deje llevar seduciendo mi alma de ti.

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