NAUFRAGARIO

De un racimo de lágrimas
haré un rosario

De un racimo de besos hice un rosario
y fui a rezar mi amor ante tu imagen
y fui deletreando mi oración cuenta por cuenta
y me quedó la cruz
y la perdí también
y te crucifiqué
con las tres veces del clavo
y se incendió de estruendos el silencio
Y cayó sobre nosotros un remanso de sueño
hasta que el bosque de voces
enronqueció de callos
y el silencio nos volvió sus vísceras
y se empuñó en el mango de nosotros
y vimos huir una cola de sombra
y quisimos rescatar el humo del sueño
hasta que la espuma de mis
olas se endureció
y dejaron de cantar mis
alas contra
tus muros
y en mi silencio inútil de cruz
de clavos de lanzas y de espinas

Yació involuntario
compendiado en tu carne de vasija
mientras se escurrían
las últimas gotas abrigadas del silencio
el último silencio de los ojos
el último silencio de nuestra lejanía
el último silencio del silencio.

La hora se coaguló en las horas
en este quizás primer momento
del eterno nunca
ignorado
no sé si nuestro sendero
será la semirrecta del humo
y con mi madera se hizo el fuego

Y digo distraídamente
hablaremos mañana de este
segmento triste
mientras
con un racimo de lágrimas
hago un rosario y rezo.

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