MARES ANUDADOS

Quisiera que fueras sucia alguna vez

con el olor bullicioso de los rinocerontes

que en ti habitaran

duendes diminutos

una constelación de piojos

labriegos y mineros de tu pelo

y de tu piel

ellos me podrían contar de su amor planetario

de los hormigueros luminosos

de las madrigueras amadas

donde mi lengua no puede envainarse

y pasa a veces como un glaciar quemante

como un mar al galope.

Ellos me podrían decir las diminutas rosas

las quebradas los terribles

cañones de tus huellas dactilares

los aljibes insondables de tus poros

ellos conocerían los remotos senderos

las vertientes los guijarros

las olas enterradas de tu pecho

tus pezones como cúpulas sagradas

sagrados como templos

todos los jardines

cada cementerio.

ellos acamparían bajo el trébol

fresco

el que crece en la desembocadura

de tu cuerpo continental

ellos ordenarían

tras nuestras enamoradas batallas

los húmedos minerales de la savia tibia

las herramientas exhaustas del amor.

Quisiera recorrerte

como una lagartija

esconderme bajo cada piedra

mirarnos a los dos

crepitando como mares anudados

y ser a veces mar

y a veces caracol.

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