Mia

– No sabes cómo te he extrañado bitch –

– Kate!! Que alegría verte no sabes lo difícil que ha sido estos meses sin ti, le regale la mejor sonrisa que tenía.

-A mí me fue peor!! Porque pasar el verano con mis abuelos fue mala idea pero mi mamá insistía, – me contaba mientras caminábamos hasta la cocina.

– ¿vas a hacer limpieza? Dijo riéndose a la vez señalando los utensilios de limpieza.

– Se puede saber porque te ríes

– ¿Recuerdas la última vez que hicimos limpieza aquí?

Como olvidarlo, recuerdo que ya habíamos terminado de limpiar y nos disponíamos a guardar las cosas pero Kate me echo el agua sucia con la que habíamos trapeado el piso y yo no me quede tranquila cogí el detergente que estaba abierto y se lo rocié en el cabello y después le eche un poco de agua y ahí comenzó la guerra, ella al querer escapar se resbalo cayendo de espaldas fue tan gracioso que no parábamos de reírnos, – hasta que se abrió la puerta

– ¿Qué está pasando aquí? – Dijo papá molesto – . Kate y yo nos miramos riéndonos, pero al parecer a mi papá no le causo ninguna gracia, porque mando derechito a su casa a Kate; así toda mojada y a mí me mando a terminar de limpiar el desastre que habíamos hecho mi mejor amiga y yo. Kate se fue y papá subiendo las escaleras dijo que ella no podría venir un mes a la casa pero igual nosotros chateábamos.

-Llamando a Mia al planeta tierra.. Aterriza mujer..

-solo recordaba como mi papá nos encontró para luego castigarme…

-castigarnos querrás decir, recuerda que yo también fui afectada, sin poder venir a esta casa.

Bueno, tengo que limpiar y luego cocinar porque mi hermano no tardará en llegar y para evitarme problemas prefiero dejar todo listo, aunque él también ayuda pero últimamente siento que está más estresado y gruñe por todo.

– ya que estas aquí me tendrás que ayudar –

– Comencemos entonces – dijo ella dándole un mordisco a la manzana.

-Tú empieza por la sala, yo empezare por aquí, propuse cogiendo un mantel para pasar por las repisas de la cocina y limpiarlo. Ella asintió y se fue con la escoba y el plumero en mano.

Mientras limpiaba – se me vino a la mente la cara del chico de mi clase con él que había tenido un par de intercambio de palabras por así decirlo, aquel muchacho tenía sus ojos verdes , ojos que jamás había visto en una persona.

– Sube el volumen, esa es mi canción favorita – grito Kate desde la sala – haciéndome olvidar aquellos pensamientos.

Una hora después ya estábamos sentadas escogiendo una pela, aún no nos decidíamos que ver.

– ya sé!! Hay que ver a tres metros sobre el cielo – propuso ella

– otra vez esa película, mejor me pongo a leer por tercera vez orgullo y prejuicio de Jane Austin,

– no seas aburrida pues – hizo un puchero – convenciéndome.

Como era de esperarse esa película nos hizo llorar por décima vez, ya la habíamos visto millones de veces, en su casa, en la mía, en todos lados pero ella quería verla sí o sí.

-veo que ya está anocheciendo, es mejor que me vaya no quiero preocupar a mi mamá. – Dijo ella alistando sus cosas para que pueda irse. Pero antes de que se vaya, mi hermano entraba a la casa,

– Hola Steve – saludo ella y mi hermano ni caso.

– No está teniendo días buenos – ignóralo le dije para que esté tranquila.

– Bueno, te veo luego. Se despidió Kate cogiendo su bolso de mano.

– Cuídate amiga, espero verte pronto. Me despedí de ella, cerré la puerta.

Y sin pensarlo dos veces fui directo al cuarto de mi hermano, necesitaba hablar con él, pero en un momento dude; no podía echarme para atrás – toque levemente la puerta.

–Pasa- grito desde adentro

–Gire el pomo de la puerta y me quede viéndolo escribir algo en su laptop, Steve alzo la mirada me hizo señas para que me sentara, – y eso hice, me senté en la silla que tenía al lado de su cama

– ¿A qué has venido? – lo decía quitándose su lentes que usaba cuando utilizaba su laptop.

–¿Necesito saber que pasa contigo últimamente? – Te estas comportando de una forma extraña, me duele que me hables como lo hiciste hoy día en el desayuno.

– Tengo muchas cosas en que pensar peque, lo que te dije en la mañana no fue verdad, solo me molestaba que papá me niegue algunas cosas que necesito y para el colmo renuncie al trabajo de medio tiempo porque ya no puedo con mis nuevos horarios de la carrera, todo eso me tiene preocupado, además el dinero el maldito dinero es lo que hace tanta falta en esta casa – papá ya no puede seguir dándome dinero para costear mis gastos de la universidad, ya no se lo puedo permitir, ya No!!.

-Te entiendo, créeme que te entiendo, pero no puedes hablarme así, haces sentir mal a papá, con lo poco que tenemos en esta casa somos felices, ambos vamos a triunfar en la vida así como lo dijo papá la última vez ¿recuerdas? y siempre estaré orgullosa de ti y te apoyare en la decisión que tomes.

-No sabes que feliz me hace que hables conmigo peque, te quiero hermanita.

– Aquello fue mucho para mí – lo abrace y me quede un rato más conversando con mi hermano de muchas cosas. Le desee buenas noches y me fui directo a mi cuarto.

Pero antes de irme a dormir tenía que saber si papá ya había llegado, fui hasta su cuarto, encendí la luz y ahí estaba la cama igual como lo había dejado. Con el corazón en la mano me fui a descansar y de seguro papá no llegaba porque le ha salido un trabajo extra.

Puse el despertador a las 6 de la mañana para así ayudar a papá a preparar el desayuno.

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