MI CORAZÓN HIZO AGUA

Para contarte esta historia hijo mío

tendría que esperar que te cuelgue

la mirada

que llevaras algunos olvidos

algunas puertas cerradas en el alma

No puedo imaginarme tu cabeza

tu mano que tendría algo de mapa

tu estatura tu voz un poco llena

de las cosas que llevarás clavadas.

Elegiríamos un árbol una piedra

sería tal vez una mañana

nos sentaríamos como dos cosas viejas

dejando que el silencio nos hablara.

Tiraríamos pedradas sin destino

hablaríamos de las nubes o del viento

—esas nubes sí las imagino—

yo olvidaría hablarte de estos versos.

¿Cómo decirte que llevamos algo roto

que el amor a veces se disipa

que se secan las manos y los ojos

que todo lo invade la ceniza?

Cómo habría de explicarte cada noche

cada foto cada muerte de memoria

explicarte que me fui sin donde

a cambiarme de zapatos y de historia

Cómo explicarte que mi corazón hizo agua

que le entró la noche hasta el hastío

Tiraría tal vez otras pedradas

Miraría a los ojos al vacío.

Y después te lo diría todo

de una sola llave de una sola agua

te abriría mi corazón de lodo

y te daría a beber todas mis lámparas.

Te diría su nombre de casi catarata

te contaría sus ojos de panales

y usaría palabras no estrenadas

para contarte su alma de trigales.

Yo no sé dónde está ese árbol protegiendo

el primer día de nuestras raíces

el momento de mirarnos a un espejo

sin buscar ni frases ni matices.

Ese día tal vez un poco ronco

te pediría inaugurar ciertos olvidos:

Cambiar el nombre obligatorio

del padre por el de un amigo.

Ahora ya zarpo de esta historia

para no anticiparme a mi memoria

y a mis pasos, antes del camino.

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