– Y me encontraba nuevamente caminando en círculos. Con mi mirada en el suelo dando órdenes a mi cerebro para que no pise las hendiduras que separan las placas de pavimento a lo largo de este interminable trayecto. Por suerte levanto mis ojos curiosos y descubro otro mundo.

– Por ahora no se nota la diferencia que existe en aquella sociedad ambigua y la que actualmente predomina en las calles. Pues su idioma según ellos sigue siendo el de siempre. Un hola por la mañana y un descanses por la noche. Esto no ocurría hace décadas por qué el dialecto funcionaba gracias a las letras.

– Letras escritas a puño y letra y no por medio de pantallas . Qué reemplazan lo bonito de los versos hablados esos que no necesitaban ser indagados. Ahora nos quedamos solos pendiendo de un hilo conformado por pequeños y frágiles suspiros.

– Esos que hacen falta si te topas con aquel ser que te complementa y que no existe aún sobre la faz de la tierra.

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