Me gusta el olor de las cosas, el sabor del mundo,

Me gusta el olor del perejil y el tomillo, de las hierbas de olor,

del chocolate, de los dientes de ajo, de la cebolla y el jitomate.

Me gusta el olor de las cosas, de la ropa nueva, de los bebes,

Del talco, de los perfumes, de las rosas, de los frijoles cuando suelta

El hervor.

Me gusta el olor del mundo, su exquisita sensibilidad, ese sentido que se nos

Olvida. Sobre todo en un mundo tan visual como este, por eso

Me gusta oler las cosas, la fruta, observo su color, siento su esencia,

El olor de los duraznos, las manzanas, las guayabas.

Me gusta el olor del mundo, el olor del maíz cuando se cose con la cal

En las ollas de barro, el olor del café, con su canela, con ese sentimiento tan

Peculiar, sobre todo cuando estás en una mañana fría en la sierra,

Entre los pinos, los bosques, los eucaliptos.

Me gusta el olor del mundo, cuando cae la lluvia en el piso seco, el olor

A tierra mojada, el olor a mar, la sal del mar,

El sentimiento de profundidad.

Me gusta el olor de las cosas, de la fruta, de la cocina, que es una danza de pimienta,

Perejil, ajo, sazonados con amor, con ese candor del fuego, con ese sentir de lo

Que se prueba, el sabor de las frutas, la esencia de las verduras,

El recuerdo de mi niñez cuando a los ocho años mí

Madre me enseño a concina por primera vez.

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