De gaseosa composición;
entre burbujas de sabores y colores diferentes,
en flotación perpetua del alma y el corazón,
con sentires que se naufragan y se salvaguardan,
en péndulo de diamantes y escarpelo de corta cara.

Adviento, con composición de locuras y de encuentros,
como la lluvia que cae mojando lo todo,
en correo sin destinatario,
En ampliación y cerógrafo,
con tinta de colores y perfumada alborada.

En ágoras de mañanas pasadas,
con columnas y príncipes que se mueven
en realeza de pertenencia, tomando y recogiendo lo que se pierde
a su vez se encuentra, en rosetas de mármol piedra,
con fabulaciones de esencias y semejanzas,
en ríos de nadie, en ríos de sangre inmortal.

Con espada en mano, a fragancias de sedimentos,
en aspavientos de ribetes retorcidos,
engarzados el alma viaja circundante
en la atmosfera de una soda y pequeño,
pan, miro las horas,
Contemplando las agujas de un reloj se mueven
en su eterno fluir,
y yo aquí tratando de robándole la sonrisa
al gato de Alicia en el país de las maravillas,
miro a los corazones y los bastos,
sumergirse en una copa de champaña,

mientras mi vida fluye taciturna en medio de este vendaval.

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