Agua, jabón y champú

Agua, jabón y champú

JAP

10/04/2019

El vaso de licor se postró decidido sobre la mesa. La discoteca centellaba, con las luces, rugía con la música y embragiaba con los cuerpos. Hombres y mujeres exitados bailaban al unísono. Cuerpos bronceados, miradas de seducción, promesa de aventura.

– Ya la mire suficiente, voy a sacarla. – Dijiste.

Y te levantaste de la silla y caminaste hacia ella sin dejar de mirarla, ella escondió la mirada, se dio la vuelta para conversar con su amiga, tú te retrasaste en el pasadizo entre la gente, las risas, rozando cuerpos apresuradamente, en el camino una te toco en el pecho y te regaló una sonrisa al paso, a otra le tocaste al lado del seno para hacerla a un lado e insinuarte, pues buscaste sus ojos que primero fueron de sorpresa y luego de cómplice.

Acercaste tu barbilla a su hombro y la invitaste a bailar, roces, bailes y erotismo a la mayor velocidad. Estaban ya besándose en la pista de baile y no sólo eso, también se tocaban fogosamente, era incontenible. Charlarían un poco para rápidamente salir de la discoteca, llegar a su casa y tirar como unas putas máquinas.

Desnudo en la cama y satisfecho pensaste en ir a la ducha y salir de allí, pero cuando ella regreso estaba desnuda con un arma en la mano.

– Sabes que soy policía. – Te dijo.

¿Cómo lo ibas a saber? Te mando un cuento un poco amenazante y luego te contó que su marido también era policía. Tenías que salir de allí pitando, quedaban cinco minutos para que el tío regrese.

Con escalofríos por el susto, caminabas por un bloque enorme de apartamentos. Bajaste a tomar el metro, tomaste un café de máquina. Al final no te duchaste.

JAP

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