El chaparron pasa, la humedad en el ambiente, que gotea y forma esas peculiares figuras en el agua acumulada aquí y haya, hasta formar cada pequeña gota que escurre libremente por donde quiera y yo mirando el para bus, en la parada misma, sin poder moverme absorta de toda infección cosmica que me atemorise y tan sólo veo a lo lejos esa peculiar luz roja apuntandome una y otra vez al sonoro latir de mi corazón que se ve un tanto cuanto embejecido y es que no es lo mismo, si no es lo mismo un viejo general retirad, comandado por fuerzas oscuras del pasado que mira como el trono de las decadas pasadas se derroca asi mismo en su debenzijarse forma de ser cayendo una y otra vez, piedra por priedra hasta desvanecerce en el recuerdo para darle paso a la nueva era, llena de cambio y de trasformaciones.

Nuevos agentes han sido contratados, algunos cuantos novatos, contratados para su tan deseado entrenamiento, siempre con esa mirada de cobardia en las entrañas que no deja de sorprenderme una y otra vez- Y que llegan ante mi con ganas de aprender, aprender de todo, desde armas, hasta artes marciales, desde kata hasta preparación de supervivencia extrema.

Y luego de dos meses de entrenamiento ya no quedan más que unos cuantos, vaciles de domesticar en el arte de la guerra.

De los cuales se formara un peloton consistente el cual de nueva cueta volvera aflaquear en dos meses más, hasta quedarnos con uno o dos derecho habientes de los secretos tan recelosos de nuestro estado que por derecho les correspondera saber. Y mientras tanto sólo veo las gotas caer en la parada mientas me saboreo mi ultimo burrito de carne, todo con el papel mojado por la lluvia y espero el autobus que me llevara de nuevacuenta a mi casa después de un largo mes de sequia y destierro en el campo militar…

¿Mi baja? Haber golpeado a un Capitan de alto grado por no regir mi forma de educar a los nuevos aspirantes. Todo golpeado después de la paliza me dirijo a mi casa de nuevo, después de todo odiaba ese trabajo tan degradado para mi.

(Dice esto mientras deciende del autobus enfrente una puerta azul con varios departamentos, sube despacio y atientos con un ojo morado y una costilla rota.

Al abrir se puede leer en las paredes y ver en las repisas miles de condecoraciones, al valor y condecoraciones por sus servicios prestados al gobierno y al los departamentos de servicio Secreto de la KGB.

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