La decisión ya estaba tomada, faltaba solo mi accionar. La parte más importante.

Estaba revoltosa, como negada a comenzar; de todas formas existe una voz dentro mío: me dice lo que tengo que hacer aunque a veces no me dice cómo comenzar, he aquí el problema.

Escribí una nota sobre un papel rosa con pegamento del lado posterior, la pegué en la ventana. di medio paso atrás y la leí, noté la vibra negativa de las palabras ¿quién habría escrito esa nota? indudablemente no era la voz. Entonces probé una segunda vez, creo que fue al día siguiente y no fue planeado. La segunda nota la pegué justo debajo de la primera. Ahora sí, esta última estaba mucho mejor, no despedía ese tono amargo. Leí ambas, estaban bastante bien, eran realistas en su conjunto.

Abrí la ventana para dejar pasar aire, lo necesitaba. Entonces algo hizo que se caiga la primera nota, quizás el pegamento se había desgastado, quizás sea solo coincidencia o puede ser que sea el destino, o puede ser el universo y la ley de atracción.

Independientemente de todos mis pensamientos sentí, por primera vez, que puedo soñar.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS