SUEÑO EN VIDA

Al despertar me tomé un tiempo para pensarte
apenas podía abrir los ojos
y aquel sueño inconcluso llamaba a cerrarlos.
Recordé tu cabello largo,
tan largo que llegaba casi
hasta aquel lugar donde mis manos
están vetadas y mis ojos
tienen libre acceso
a la contemplación de su mover.
Fui bajando el recuerdo
y me encontré con tus ojos
esos grandes ojos por la tarde
que cada mañana parecen reducirse
a diminutas rayas la cuales me encanta ver.

Juro que eran negros,
hasta que te besé y me di cuenta
de la proporción de marrón que había en ellos
(es genial hallar un poco de imperfección
en esos ojos negro azabache)
Entonces de la nada llegué a los labios…
los que en más de una ocasión pude
besar, sentir, tocar.
El momento en que los recordé
fue como imaginarlos en frente de mí
abriéndose para poder encajar con los míos.
Todo lo que podría hacer con esos labios…
fluye mi imaginación
plasmándose en un sueño ya pasado.
Tu cuello, ese intocable lugar
que conecta la belleza
con el fuego eterno del deseo.
Botón inmóvil que enciende
el hormigueo detrás, en la espalda.
Espero que cuando leas esto
te sientas nerviosa pues eh llegado
a tus pechos, delos cuales solo tengo
un simple prototipo.
Me gustaría poder hacer con ellos
lo que hice en el mundo subconsciente de Morfeo
y sentir como se van levantando
hasta terminar en punta,
indicio de que puedo continuar.
Me encontré con un desierto e indicaciones
de que al sur se encuentra el lago eterno,
donde el placer descansa
esperando ser encendido.

Fui entonces bajando más…
y me detuve justo donde
se separan aquellas piernas,
colinas inmensas llenas de sangre,
por donde fluyen posiciones, formas, modos, lugares.
El miedo de pronto se fue,
nuestros cuerpos eran uno:
en forma y movimiento.
Tus ojos entrecerrados me miraban,
tu cabello revoloteaba,
tus labios me besaban,
tu cuello cruzó el mío
formando un laso eterno de amor,
tus senos rodaban de arriba abajo
rogando que los toque,
tu vientre sobre mío
creaba mareas insaciables,
mis piernas entre las tuyas…
y se aproximó el gemido.

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