domingo de otoño

domingo de otoño

pame

25/03/2019

una ventolera violenta me llenó de polvo los ojos y el rostro,

intente protegerme con la mano abierta, pero se coló adentro,

se metió en el borde del pañuelo de seda amarrado al cuello,

más aún, se metió por los ojales de la blusa, ingresando al pecho,

aleteando en mi pantalón y revolviendo por ambos lados mi cabello,

el otoño llegaba al año de lleno, haciendo que sus tonalidades,

cubrieran incluso los árboles añosos de varios matices color fuego,

unas aves graznaban en lo alto,como si se estuvieran despidiendo

la calle parecía larga, gris, desierta, aquel extraño domingo,

me sacudí los retazos de hojas secas, insertadas en mi pelo,

y continúe caminando despacio hacia tu puerta, avanzando lento,

con dos golpes fuertes anuncié mi llegada,no se oía nada dentro,

otro golpe y el picaporte de la puerta chirrió cuando estuvo abierto,

ahí estabas, castaño pelo largo, los ojos brillantes y encorvado el cuerpo,

deslice mi mano hacia la tuya , tibia y fuerte que me apretó los dedos,

un abrazo cálido, amoroso y poderoso , hizo estremecer mi cuerpo,

pasa , comienza hacer frío afuera, dices cerca de mi oído quedo,

no me besaste la frente, ni los labios como sueles hacerlo,

me arrastraste hasta el salón , soltando la presión de mis dedos,

te sentaste en el sillón y golpeaste el lugar vacío a tu lado, en silencio

desamarré el pañuelo, la tierra y las hojitas cayeron lentamente al suelo ,

moví la cabeza y el polvo se deslizó flotando hacia hacia tu cuerpo,

vienes toda cubierta de polvo, sentenciaste fruncido el ceño ,

es otoño, todo de tierra está cubierto, ya deberías saberlo,

te levantaste de un salto, parado a centímetros de mi cuerpo,

atrapaste un mechón de cabello, soplaste divertido sonriendo,

luego besaste mis ojos, y me empujaste lento al sillón desierto,

una mano en la rodilla y otra rodeando mi cuello

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS