Recordando la felicidad

Desde la esquina de la habitación observo tu profunda mirada de tristeza, Resonando en mi oído tu llanto desesperado, mientras me miras tumbada en esa cama, tomas mis manos desesperadamente, mientras las llevas hacia tu rostro, tu solo repites mi nombre una y otra vez, te veo rodear mi cuerpo con tus brazos, comienzas a abrazarme fuertemente, tus lagrimas siguen cayendo, yo nunca te había visto llorar así.

_ ¿Por qué lloras?_

Quise preguntarte, pero al parecer no puedes verme ni escucharme, aun así continúe hablándote.

_No quiero que llores, porque ya no podrás verme, te juro que no te dejare solo, hasta que ya no me necesites, yo te seguiré hasta que llegue tu felicidad._

Al decir esas palabras me recorrió un sentimiento de profunda tristeza, le amaba tanto que quería que él fuera feliz, aun así lloraba en silencio el ya no poder ser yo quien le regalara esa felicidad, de pronto te vi voltear hacia acá, como si buscaras a alguien.

_ ¡Acaso sentiste mi presencia!_

Pregunte desesperadamente y tu dijiste.

_Aun siento tú presencia, a pesar de que tu cuerpo se envolvió con una fría muerte. _

_ ¡Por favor no me dejes, te lo ruego, déjame abrazarte, besarte, decirte todos aquellos sentimientos que calle ante ti, no deseo volver a amar a nadie más que no seas tú!_

Mi llanto comenzó a brotar aun más fuerte, así que yo intente llegar hacia él y abrazarlo con fuerza, mientras le susurraba todo el amor que sentía por él. De pronto mire hacia el cielo y comencé a rogarle al rey de los cielos.

_ Dios de los cielos, te lo ruego, dame otra oportunidad, juro no decepcionarte nunca más, déjame amar y ser amada una vez más, te ruego que me permitas vivir la vida que desperdicie y malgaste, no cometeré el mismo error otra vez, no llegue a pensar que en el mundo alguien más me amara, pero ahora sé que a pesar de todo, siempre abra alguien que te considere más preciado que una joya, déjame estar al lado de esas personas._

Grite desesperadamente, mientras mis lágrimas de remordimiento y tristeza seguían rodando por mis ojos, los cerré esperando un milagro. De pronto abrí mis ojos, me encontraba en un hospital, mire a mi alrededor y vi a mi madre dormida en una silla sosteniendo mi mano. El resto de mi familia estaba afuera de la habitación durmiendo en un sillón, apreté la mano de mi madre y ella despertó rápidamente, me miro con sus ojos enrojecidos, con ojeras que me decían que en todo este tiempo, no había hecho más que quedarse a mi lado, me abrazo fuertemente mientras lloraba y me repetía sus palabras.

_Hijita mía… hijita mía, luz de mi corazón, estoy tan feliz de que ellas recuperado la conciencia después de tanto tiempo, pero que te llevo a hacer una locura así._

De pronto los recuerdos de aquella noche regresaron a mi mente. Había cometido el peor error de mi vida, había intentado el suicidio. Mire nuevamente a mi alrededor y pude ver un florero con rosas rojas que se veían hermosas, fue cuando pregunte.

_ Madre… ¿quien trajo estas hermosas rosas?_

Ella me respondió con una sonrisa en su rostro y dijo.

_ Un joven apuesto, que al parecer va a tu escuela, el vino cada día sin falta a verte y traerte estas hermosas rosas, que cuando se marchitaban cada vez traía unas más hermosas para reemplazarlas._

Ahí fue cuando entendí que a pesar de todos los momentos que uno se deprima a tal punto de querer dejar de existir, no valdrá la pena aquel acto, solo ocasionara que las personas que te aprecian más que una joya, sufran por tu ausencia y sé que no deseas eso, aparte de que el mundo te puede regalar miles de cosas malas pero también hay muchas más bellas, así que hay que disfrutar esta vida cada momento, podrás llorar, reír, amar, apreciar, querer, gritar, enojarte con muchos momentos de angustia y sufrimiento, pero también otros hermosos e inolvidables momentos, donde experimentaras sentimiento que antes no sentías, ¿piensas perderte de todo esto?, yo supe que vivir es hermoso y lleno de ser feliz.

FIN.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS