el libro

Una pequeña capa de polvo cubre los muebles barnizados en color roble viejo, el rojizo brillo destaca apenas,cuando paso el índice por encima, la mujer levanta los ojos de la silla amplia y cómoda en donde esta sentada y me dirige una mirada desaprobatoria, un rictus extraño en su boca ,mezcla de molestia y sonrisa me perturba, los ojos verde pasto con finas lineas abajo y marcadas llegando a la sien, hablan de 60 o mas años

-¿que busca , la ayudo? – dice sin ánimo real de prestarme un servicio

-¿puedo ver los libros de versos que tiene?, le cruza la frente una marca gruesa y levanta las finas cejas sobre los ojos verdes

– sí, claro que puede, se levanta lenta y cuidadosamente de la silla, atrapando un bastón tallado y afirmada en el, se me acerca

– ¿un titulo o autor en especial? pronuncia y su boca expele un aroma afrutado propio de los diabéticos

– la verdad es que busco un regalo para alguien especial – le digo tratando de convencerla, ella vuelve a levantar las cejas y me mira desconfiada

– mmm – y asiente mecánicamente

caminamos hacia una esquina donde un enorme librero me ofrece el mejor bocadillo para un buen lector, las filas de libros ordenados alfabéticamente, con los distintos empastes, colores y tamaños lo completan casi de arriba abajo, un sol mezquino se solaza entre los espacios breves, besándolos tenuemente. Observo en la tercera gaveta uno carcomido en el borde, color palo de rosa, en partes mas desteñido o manchado, la mujer me observa, achica un poco los ojos y me dice

– buena elección , magníficos poemas …

¿ud ha leído todos los libros ?

– que dices chiquilla,me haría falta otra vida, pero muchos, tantos que se mezclan ya en la cabeza, el mismo rayo ahora la besa, la piel cetrina y arrugada por un instante brilla, el perfil destaca a contra luz, en una imagen casi etérea.

Abro la tapa temblando , emocionada, como en la primera cita, un burbujeo me atrapa el vientre y me sudan las manos de puros nervios .

A- zz-u-ll , Ruubbenn Da- a ríoo – pronunció a penas.

ssi ,a acaso aalgún ruiseññor vinniese a posssarse cccerca, y aa contarr alguuna hissttoria dee ninnfas, rossas o estreellas, tuú nno oiirás notaas nii triiinoos, ssino eenamoradaa y rregia, esscuucharás miss ca-canciones fijjja en miss la-labiios qque tiieemblan. ¡Oh ammada mmía! Ess el-el dulclce ttiempoo dde laa pri-primaaaveraa

Bailan las letras en el papel de opaco blanco, como duendes traviesos, las veo atravezar las lineas, una sensación de júbilo imposible me penetra, como si la habitación de un rayo misterioso cálido y albo fuera de pronto cubrierta. La mujer se me acerca descompuesta, me toma del antebrazo y me mira perpleja

chiquilla,¡¿acaso eras analfabeta?!

Esta es en verdad la primera vez que puedo leer lineas completas