lo inevitable

lo inevitable

pame

18/03/2019

Me acerco hasta quedar a 5 cm de tu rostro, escudriñando en tus ojos oscuros y profundos, buceando para ver un escape, una salida, una respuesta, permanecen sombríos fríos e inescrutables, puedo oler,que se desprende de ti un aroma a pino y a loción para afeitarse, un dejo a manzanilla del shampoo tambien colma mis sentidos, parada frente a ti ,paralizada , entumecida, intento articular alguna frase, pero se deshace en mi lengua enredada e inmóvil , trato de que el aire ingrese a mis pulmones, pero parece perdido o atascado en medio del camino en una tortuosa y ahogante espera, los pies pegados al piso, pesados me mantienen erguida, una sensación de corriente fría y dolorosa me recorre los miembros, tu respiración demasiado tranquila y acompasada me trastorna la calma y me picotea los huesos.

– ¡Era inevitable¡! me dices a media voz, alisando el cabello húmedo y oscuro,en un movimiento rápido, con los hombros bajos, das la vuelta y al paso tomas tu chaqueta, saliendo de la habitación. El aroma a café de tu aliento queda suspendido allí unos segundos, juntándose con el vaho tibio del baño, que escapando silencioso se esparce por la habitación, con un tenue olor a jabón y shampoo mezclados. Me aliso la falda a la altura de los muslos con las dos manos , me afirmo de la base de la cama, aun deshecha y repito mascando y articulando despacio cada sílaba de aquella frase

Era i- ne-vi-ta-ble , descubro que es una frase desgarradora, porque tiene explícita la falta de voluntad para evitarlo, porque corta de cuajo las esperanzas y porque es una sentencia definitiva. trago saliva cuando al fin el aire entra dolorosamente hasta mis pulmones y un sollozo me dobla y estremece con fuerza como una tormenta avasallando mis sentidos y mi calma, intento detener la oleada de lágrimas que me agarrotan la garganta, pero al fin cedo y dejo que salgan.

i-ne-vi-ta-ble ¿puede ser algo inevitable? , a excepción de la muerte, con toda su sordidez, no creo que exista algo inevitable. El sentido y la razón no me dejan chance para compadecerme, me incorporo y arreglo en el espejo el maquillaje, agudizados los sentidos puedo oír la gotera del baño, el motor del vecino y los ladridos de los perros en la calle

inevitable, sí desde hoy yo lo haré ciertamente inevitable

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