El portador de dolor,

El destructor de almas.

Entró en mí.


¡Soy infecto!

Ahora él es mi sangre.


¡Hay que sacarla!

Busco una manera…


¡Esta en mi sangre!

¡Hay que sacarla!

No dejaré que me corrompa más.


Escorias, almas podridas,

¡Y ahora también la mía!

¿Quién sale ileso de este maldito juego?

¿Cómo puede ser eso posible?

¿Él hace lo que quiere?


La hoja se come a la oruga…

¡No puedo soportarlo!


Volare sobre ellos,

Llegaré antes, me enfrentaré…

Otro tanto más y zarparé.


¡Oh! … ¡No, no puedo!

¡No lo puedo tener en mis brazos!

Se escapa… Huye en silencio.

Se lleva todo lo que queda de mi.

¡No puede irse!

¿En dónde está?


Consigo dolor, todo sobre mi…

La luz enemistó conmigo

y me arrebató la oscuridad,

Lo único que me arrojaba la noche.



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