EL PODER DEL DINERO

El ser humano ha perdido su sensibilidad humana por el poder del dinero. El que tiene dinero tiene el privilegio de ser reconocido por la sociedad en general dentro de su contexto. La riqueza material es la primera ambición del hombre por encima de todo lo natural. El dinero es la esencia de la vida llena de comodidad, por eso el hombre busca enriquecerse en todas las formas posibles. La acumulación de riqueza es fundamental en la vida rutinaria del hombre. Por ello, el hombre al ver que sin estudios se hace de patrimonios prefiere mejor buscar la vida fácil y dejar de estudiar que al fin y al cabo, los hombres de estudio no se enriquecen como el que vende droga o contrabando. O muchos se hacen ricos por dirigir una organización social, organización civil, o ser diputado, senador, presidente en la vida política. O simplemente en el comercio, aunque cuesta más, pero tienen resultado a largo plazo.

El dinero, es un factor y elemento esencial para combatir un rezago social o marginación y pobreza. La sociedad ve al dinero como la vida misma. El ser humano ha perdido muchos valores, los reza pero no los aplica.

Con dinero: vas a comprar la canasta básica, compras para dar vida a las plantas domésticas, construcción de tu hogar, compras tus mobiliarios, compra de tecnología para el hogar o uso personal, pagar por viajar, compras para realizar eventos o fiestas, compras ropa y calzado, compras el ocio, compras antojos, pagas para ir al baño, pagas por tener una familia, o sea, por donde se mire existe el signo del dinero.

Entonces el ser humano se esclaviza trabajando porque vive por el dinero, vivimos por el dinero y sin dinero es estar abandonado a la propia desdicha. Si bien es cierto que Marx plantea la lucha de las clases sociales, está bien claro que de la clase que sea, siempre requiere del dinero, no hay otra forma más para poder vivir aquí en la tierra. Somos esclavos del dinero, somos esclavos del capitalismo, somos esclavos fieles ante el signo del dinero.

Por eso para disipar la preocupación el mexicano, sufre una catarsis.

Juan es alegre, vivaz y se emociona cada que hay fiesta. Gracias a que es creyente y tiene trabajo con un sueldo para darse fuga a las fiestas. Es tradicionalmente que la fiesta se celebra por un santo o una virgen o sencillamente aniversarios, bodas, bautizos, quinceaños, entre otras que por gusto celebran.

De lunes a viernes con un horario de trabajo de 9 a 2, trabaja incansablemente y justifica sus quincenas que cobra por sus servicios. Y tan buena suerte tiene que en la comunidad, donde presta sus servicios, cuando hay fiestas suspenden actividades. Juan estando en su domicilio, recibe la visita de una pareja pidiéndole que sea padrino de pastel por la boda de ambos. Gustosamente acepta, cuando baja a la ciudad para encargar el pastel paga $ 6500.00 o sea más de tres quincenas, pero para no quedar mal con los ahijados, busca prestado, el dinero es lo de menos. Así, la pareja busca padrinos de refresco, cerveza, comida, anillo, etc. En el día de la boda, Juan lleva su pastel de $6500.00 y lo reciben con comida, refresco y cerveza. Entonces, se trata de beber, comer, alegrarse y bailar con la banda, con el grupo musical o con el violín y el tambor. Ya bien mareado Juan, se retira y al día siguiente la cruda y sigue la fiesta. Pasan los días, nuevamente otra fiesta y ahora la titular del pueblo. En asamblea del pueblo determinan que Juan, como tiene sueldo del gobierno tiene que cooperar $ 5000.00 mientras que los demás ciudadanos que no tienen un sueldo, cooperar con un mínimo de $ 200.00 o más si tienen, de repente una señora de entre 40 a 50 años les da $ 500.00 pesos como cooperación voluntaria para la fiesta y de esta forma se muestra la fe y devoción. Llega el día tan anhelado, arranca la fiesta con la feria, carrera de caballos, pelea de gallos, jaripeos durante 3 días o más. El grandioso baile por la noche de la víspera y la misa por el padre de la iglesia católica en el mero día, también al padrecito se le entrega los diezmos y cooperación voluntario de $ 500.00. Y no podría faltar por costumbre el basquetbol con sus categorías y premiaciones. Por cada evento, Juan gasta entre 500 a 2000 dependiendo de la familia y gustos. De esta manera culmina la fiesta titular del pueblo.

Juan, como es tan alegre hace convivios en su casa e invita amistades, autoridades de tal forma que nunca en las fiestas está solo sino siempre acompañado. En todas las fiestas se divierte y se olvida de los problemas que tiene en su trabajo, en su hogar y en la sociedad. Pero se da cuenta que con las fiestas se endeuda. Solamente trabaja para pagar, pero él continua feliz, disfruta de lo que gana, disfruta compartiendo, para él el dinero va y viene, no existe tristeza en su entorno. Por eso llega feliz a su trabajo y por eso es feliz con su familia. Él es feliz.

¿Habrá otra manera o forma de no sufrir por el dinero pero a la vez tener fiestas?

Posiblemente el trueque…

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