Un día pude abrir el ojo eterno
El universo era mi jardín, mi propio huerto
No sé explicarlo, pero algo vuela muy dentro
Mi ser crece hacía la luz, al epicentro.
Anduve en búsqueda de la frase que salva
Intuía que vivía en el exterior entre la soledad
Un águila carroñera esperando mi alma
La luz que alumbra es la misma que mata.
Puede saber a un holocausto precoz
Puede caer cómo en otoño
Puede sonar inexplicable al primer sorbo.
Y lo entenderás
¡Oh!, juró que lo harás
“Todo depende de vencerse así mismo
Abrir los ojos sin ganas del temer”.
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