Que no quiero más demonios, ni ángeles caídos de mi cielo alimentado,

mis dolores con mendigos callejeros

por lugares vírgenes de amor, pasión y celos.

De saber que vine para esto, me gustaría volver al principio,

para tener que saltar vallas de acero…

Detrás de mis pisadas se encuentra la tarta,

globos de colores que ya no me dicen nada.

Para volar hacen falta alas.


Susana Alvarez Puerto

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS