Qué más daba, era caminar y ver con los ojos del corazón.

Qué más daba, era caminar y ver con los ojos del corazón.

Qué más daba, era caminar y ver con los ojos del corazón.

Los días eran eternos, afligidos por causas cotidianas que martillaban la memoria con la crueldad de los segundos, a decir verdad, no dejaba de pensar en el, en su manera idónea de combatir mi aburrimiento de volver mis días algo irreal, pues el era mi cura, mi complemento, mi virtud.

Le extraño mas de lo que en los libros se cuenta que se puede extrañar a alguien. Cierro los ojos, forzadamente tratando de no despertar. Las lágrimas se dejan caer suavemente como el rocío de las mañanas. El aire sopla contra mi cara, llevándose mi felicidad. El sol enciende suavemente la llama de tu recuerdo.

Abrí los ojos, cayendo en la sorpresa de que estaba caminando en un camino estrecho, apenas solo para dar el paso.

Estoy escuchando un sonido , el sonido del silencio ensordecedor que me aturdía los tímpanos a reventar. Todo fuese por amor. Como si el amor no fuese un rayo que te parte en dos ,y yo, al fin, respiraba sin soplos de corazón

Trazando suspiros desesperantes al viento, trate de no abrir los ojos hasta sentir que ya estaba junto a ti. Más cerca tuyo , de tu risa, de tus palabras llenas de historias, de sabiduría, de cariño. Esto de amarte me esta dejando sin aliento,ya ni recuerdo un solo momento en que no te viera con adoración, con ese amor intenso y eterno que solo se da en la infancia

Estabas tan cerca y tan lejos de mi. Me observaste gritando con el corazón y los ojos. Entendí el mensaje a la perfección, tenía que cerrar los ojos y caminar sin ver para llegar a ti. Si habría los ojos caería al precipicio, y caminando con los ojos cerrados, el corazón me daría la calma, la seguridad y el momento exacto para abrir los ojos.

Mi pequeño baúl de recuerdos está lleno con pequeñas carátulas de películas viejas y experiencias nuevas maravillosas nuestras.

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